Un día, alguien...
Aug 21, 2025
...
¡¿Por qué no te callas?!
La soledad es mi amiga.
El silencio, mi aliado.
Opinar me lastima.
Reivindicar me hace daño.
Faltón, me dicen.
Recuerdo a la maestra Rocío, cuando yo tenía nueve años, hablar de mí al maestro Mariano:
—Este es un contestatario.
Yo no sabía qué era aquello, pero intuí el filo de la palabra.
Y más me sentí orgulloso que insultado.
No quiero ser lo que no soy.
No quiero ser sumiso ni aceptar lo inaceptable.
Siempre —a mi pesar— levantaré la voz contra lo injusto.
Pero veo al pusilánime, al hipócrita, al bienqueda… y comprendo:
viven mejor.
Quizás hasta duermen bien.
¿Por qué no me callo?
Porque no puedo.
Vivir sus caminos
La mañana ya calurosa
en las entrañas del verano.
Como niños que llegan al patio de la escuela,
hacen sus piruetas las golondrinas
y dicen piando.
Indomable renacer del sol,
alumbrando el amarillo de lo recién segado.
Huye la sombra, madura el higo.
Negras las moras.
Verde, todavía, el membrillo.
Los trece grados del manantial
refrescan al perro de caza.
De fondo, los traidores disparos del enemigo.
Mueren inocentes que solo pretenden vivir sus caminos.
El orgullo cuelga
de las cananas del desatino.
Se rompe la calma.
Se hiere el alma.
La condena
Sin juicio, sin delito,
al nacer cargamos ya la pena de muerte.
Esperamos en nuestras celdas
(las que nos construimos,
las que nos construyen),
sin saber cuándo tocará recorrer la milla verde.
Cerbero espera.
Paciente.
Entretanto, un día, alguien…
Eligió de entre sus sonrisas
la más sincera.
De tan poco usarla,
la tenía casi nueva.
Dolbach.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión