Doug

Douglas es un muchcacho que estudia filosofía, no fuma ni bebe alcohol. Muchas veces puede ser una persona muy seria, sobre todo con quienes no conoce. Aun asi ha ido cambiando con los años y hoy es una persona mas relajada inclusive con desconocidos.

De cualquier forma, hay algo que sin importar el contexto, lo ablanda por completo. Hace que esa persona, que a veces parece solemne, se desarme y cobre otra vida. Y es que para Douglas, los perros son su debilidad. Si bien su sensibilidad alcanza muchos rincones de lo humano, es por los perritos que algo se activa en él y hasta lo conmueve.

Ahora bien, su corazón tiene predilecciones. Porque ese amor casi incondicional no es igual con cualquier perro. No es lo mismo un caniche, un chihuahua, un golden o un perro de la calle. Diría que estos últimos lo pueden más que cualquier otro. Y si son medio fieruchos mejor. Cuando bromeamos a veces decimos que si adoptamos uno tiene que tener ciertas cualidades, como ser un perro medio oloroso, de pelo cortito, color negro sucio, medio gordo y petiso. Algo así como un salchicha, pero que más que salchicha se parece a una berenjena orejuda. Y de nombre le pondría Aceituna.
¿Vieron esa expresion "mujer de un solo hombre" u "hombre de una sola mujer"? Bueno, contrario a eso, Douglas no es hombre de un solo perro. Un poco por este motivo (y otro poco porque sería mucha responsabilidad, sobre todo afectiva) desde que vive solo, nunca tuvo un perro viviendo con él. Les tiene un cariño demasiado grande, y creo que la sola idea de tener que despedirse de uno para siempre es algo que le impide tomar la decision de adoptar uno bajo su techo (además de que siempre vivió en espacios chicos, pero eso es un motivo mas aburrido). Realmente los quiere mucho.

Cuando ve uno en la calle, su atención va toda a decir "¡Miralo al pelotudo ese!". Sí, les dice pelotudos. Debe ser la unica vez que escuché a alguien usar ese insulto desde el cariño. Y después cuando se le acercan meneando la cola y hasta el cuerpo entero, los agarra con esa misma fuerza tosca que tiene la palabra "pelotudo", les pellizca las cachas con toda la mano y les da palmadotas, haciendo una exclamación con esa alegría que solo el amor canino le puede inspirar.

Si tuviese que adivinar, creo que algun dia va a llegar un perrito que irrumpa en su cotidiano y se gane un lugar bajo su techo. Lo va a amar como a ningun otro perro y le pasará lo que nos pasa a todes cuando nos toca despedirnos. Tal vez mas fuerte, o tal vez distinto. Pero si no fuese así, no sería el Douglas que yo conozco.