Te intenté llamar… pero el silencio dolía menos, así que mejor te dejo estas palabras que ya no esperan regreso.
Hola, cariño, cuídate,
aunque yo me esté rompiendo en cada adiós que no dijiste.
No llores ahora, pero tampoco olvides lo que fuimos. No pienses que no te amé, te amé tanto que me quedé cuando ya no quedaba ni yo misma.
Si me perdiste…. fue porque soltaste primero, porque fingiste no ver el dolor que yo escondía tras cada “está bien, no importa”.
¿Y ahora qué, cariño?
Ahora me marcho con el pecho lleno de grietas, con la piel deseando un abrazo tuyo
que ya no vendrá.
Este fue mi último intento, mi última lágrima escrita, mi despedida vestida de papel.
Cuídate, y si alguna vez me recuerdas… hazlo sabiendo que te amé más de lo que debía, y que me fui porque tú decidiste no quedarte.
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecitoRecomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión