Última gira.
Dec 27, 2024
•••Mensaje no apto para mentes influenciables.•••
...
No fue mañana.
No sé si es conveniente, si lo necesitan, si lo merecen, pero voy a contarles un secreto:
Todo lo que escribo no es más que un copia y pega de un sinnúmero de textos que permanecen ocultos al mundo. Textos a los que, que yo sepa, solo yo tengo acceso.
Una biblioteca enorme con volúmenes y volúmenes de literatura. Ensayos, biografías, ficción de todo tipo, filosofía. Y, quizás lo más importante, la historia completa de la Humanidad, desde sus comienzos hasta su final.
Yo, ahora, podría contarles quién y cuando y donde fabricó la primera rueda, quién comió asada la primera costilla, quién escribió la primera palabra. Sé donde está la tumba de Atila. Que Juana nunca estuvo loca, la loca era su madre. Sé quién mató a Kennedy.
Yo podría ahora mismo revelar el nombre de la última persona que estará viva y la fecha y la hora de su último suspiro. Podría revelar de qué modo nuestra especie llegará a su inexorable final.
Es tanta la información que poseo, es tan variada, ocupa tantos campos del saber, que me será imposible estudiar todos los documentos, pero en lo que he podido ver, leer, comprender, hay suficiente material como para voltear como se voltea un calcetín, todo lo que ustedes creen que saben, todo lo que puedan pensar que fue el pasado e imaginar que será el futuro.
Esta biblioteca no ocupa un lugar físico identificable, al menos que yo sepa; para mí es un rincón en mi mente al que solo yo tengo acceso, al que solo yo puedo llegar, pero por el que puedo pasear por pasillos infinitos repletos de estantes llenos de compendios. De libros.
Ya sé que es fácil pensar que no hago sino inventar todo esto, embaucar, ficcionar, pero me da igual, no tengo mayor interés en que me crean. Las cosas son como son, las crean o no.
Dios, los dioses, también tienen su lugar en esta gigantesca Alejandría (la biblioteca Vaticana es un cuarto de escobas comparada con esta mía), pero, en realidad, no es demasiado importante esa verdad, pues quien quiere creer, creerá aunque se le enseñe lo que hay tras todo eso.
Puedo decir o puedo callar. De momento, me limito a trasladarles relatos, historias, cuentos; quizás, algún día, les explique las razones del hambre, de las masacres, de los abusos... Quizás un día les haga entender, les abra los ojos, les encienda la luz, pero por ahora, he de permanecer en este simulado silencio. La Humanidad no está preparada para toda la verdad y nada más que la verdad. Ustedes no podrían asimilar todo el conocimiento.
Solo puedo decirles que intenten ser buenos; por dormir tranquilos, solo por eso. Comer mejor o peor, tener más o menos peso, alopecia, un coche bueno... Vivir más o menos tiempo...Nada de eso importa, lo que importa es vivir con serenidad, con calma, con paz. Lo demás...
De todas formas, para quienes leéis mis escritos, advertiros:
En gotas como de rocío, imperceptibles si no se presta atención, entre la densa vegetación de palabras, de vez en cuando, brillarán al sol de vuestra comprensión algunas de esas revelaciones secretas y extrañas. Si estáis atentos, podréis apreciarlas.
Pero quizás el día no llegue nunca.
O quizás sea hoy:
Once upon in the.
-Desierto es.
-Sí, pero, insisto, no es igual que siempre.
-Yo no sé si...
-Tú, Gaspar, nunca sabes nada.
-Jopé.
-¿No crees que ya eres mayor como para usar esa ridícula expresión?
-No estaría bien que un niño escuchara a un rey mago diciendo tacos.
-¿Tú ves a algún niño por aquí?
-Bueno, nunca se sabe.
-Nunca se sabe... si aparece una criatura detrás de un risco de esos, lo menos preocupante sería que te escuchara decir ¡Joder!
-Perdonad, chicos, pero yo insisto en que esto no es Palestina.
-Vale, Balta, ¿y donde crees tú que estamos?
-¿Habéis visto "La diligencia"?
-¡No me jodas!, ¿crees que estamos en Arizona?
-Melchor, esa boca.
-Gaspar, vete a la mierda.
-Yo solo digo que este paisaje es como el de esa película o de otras como Río grande, Centauros del desierto, La conquista del oeste, Fort apache, Hasta que llegó su hora...
-Me gusta mucho esa con Henry Fonda y Charles Bronson y...
-¿Estamos a adorar al Niño o al cine del oeste?
-Calma Melchor, ha empezado Baltasar.
-Yo no he empezado nada. Solo creo que por aquí no vamos bien.
-¿Y la estrella?
-Lo de la estrella ya se escacharró en el siglo dieciocho.
-Ah, es verdad, ahora vamos con el GPS.
-Pues se debe haber jodido también.
-Melchor, por favor.
-Gaspar, eres muy cansino.
-¿Me queréis decir qué hacemos?
-Balta, tú también eres muy pesado.
-Aquí el más gordo eres tú que no te privas de comer asados.
-¿Y a qué viene eso ahora?
-Coño, si tú nos insultas...
-Gaspar, has dicho un taco.
-Me sacas de quicio, y claro...
-¿Qué qué cojones hacemos? ¡Mecagüen la puta de oros y en vuestra sandez, que estamos aquí entre Arizona y Utah y faltan diez días para llegar al puto portal de Belén que está en la otra punta del mundo!
-¿Ves Gaspar? Eso sí es una ejemplar muestra de un buen exceso verbal.
-¡Qué barbaridad! Cómo se ha puesto el negro.
-El negro se caga en vuestras muelas y desde ahora mismo me voy por mi cuenta, que estoy harto de ir siempre el último, regalar eso de la mirra que nadie sabe lo que es y tener que pintarme la cara con un corcho quemado.
... y así, en aquel paraje inhóspito e insospechado se disolvió en el año dos mil veintidós la compañía de aquellos tres que había funcionado durante veinte siglos.
Es lo que traen las nuevas tecnologías y el desapego. Y que el del traje rojo se sabe vender mejor y no se pierde por esos desiertos de Dios.
¡Ay, Señor!
Vale.
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