Ultima carta

Costó aceptarlo, pero como el adicto que sabe que truequeó su vida por un poco más de placer del que su alma podía contener, entendí.

Ya no vas a volver...

Que te fuiste... si te despediste, no lo recuerdo... quizás por eso me lo merezco. Por ser mal amante, frente a la única persona a la que no debía fallarle. A la única que realmente movilizaba mi universo sobre su espalda.

Espero que haya sido mi error el perderte, es más que seguro que lo fue. Los ángeles no cometen errores, solo desean escapar de su destino perfecto. Para luego de probar la mortalidad darse cuenta de que bien estaban en el cielo... ya es tarde, mi amor. El cielo se cierra para los traidores y pecadores como nosotros. Ahora toca deambular aquí, en este suelo infértil e infinito, conviviendo con el acecho de los miedos terrenales y las tentaciones de los demonios ludópatas. Siendo tan solo un posible recuerdo aquella sensación de paz eterna y amor atemporal que un mero y limitado humano puede otorgarle a una omnisciente divinidad...