¿Qué es esta sensación de pesadez en mi cuerpo, como si mi corazón aún caliente de sangre fuera cayendo y cayendo hasta tocar el suelo? ¿Es que acaso fueron sus palabras o los silencios los que me rompieron? ¿Fuí yo la causante de todo esto? Siento muy en el fondo, con mi corazón latiendo pegado al suelo, que a pesar de todo esto, fue lo correcto. Pero, ¿Y si no lo fue? Hay que pensarlo de otro modo, como si aún estuvieras aquí, esa misma pesadez en mi cuerpo, mi corazón tocando el suelo pero está vez siendo aplastado por la suela de tus zapatos, dejando de latir con cada pisada que das, dejando de sentir con cada palabra que decís y yo perdiendo mi corazón bajo el peso de tu cuerpo, sintiendo tan lejos aquello que una vez fue mío pero ahora yace muerto siguiendo las pisadas de tu camino.
Y menos mal que no fue así, menos mal que no te seguí y menos mal que aún sigo aquí, dolorida por todo aquello que me hiciste vivir pero aquí aún, buscando la forma de reparar aquello que rompiste y que, esperemos, con el tiempo vuelva a estar en su lugar.
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