Siento tu indiferencia,
siento tu incomodidad,
siento todo...
menos tus ganas de amar,
tus ganas de demostrar que me amas.
No querías que dejara el nido,
pero tampoco querías compartirlo conmigo.
Querías llevarme a un lugar sin futuro,
quizás a alguna desgracia,
algún infortunio,
una vida del mismo molde.
El precio de mi "no" fue tu ausencia,
tu indiferencia al pasar los años,
cada vez más distante.
Y todavía te atreves a reprocharme
el haber volado de un nido
que nunca compartimos.
Aquel nido que quedó deteriorado
cuando creí que la distancia acabaría.
Pero lo que acabó fue mi vida,
terminé en un pozo más profundo
del que tanto me había costado salir,
a consecuencia de aquella traición tan vívida.
Todo esto ahora es cuestión del pasado,
cosas que dolieron y que ya no.
Pero ahora que estuve a punto de ponerme tus zapatos,
comprendí que nunca merecí tu ausencia,
tu falta de empatía,
tu falta de querer...
solo porque no querías ser madre, mamá.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.

Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión