Yo no escribo para el amor, escribo para la tristeza que inunda mi corazón día y noche.
Aquel sentimiento infernal luego de notar que no estábamos hechos de la misma raíz. Que no pertenecíamos al otro y que por más que rezará a los dioses, nuestros corazones no eran la mitad del otro.
Porque yo era aquel
Yo no escribo para el amor, escribo para la tristeza que invade mi corazón día y noche.
Aquel sentimiento infernal tras notar que no estábamos hechos de la misma raíz. Que no nos pertenecíamos y que, por más que rezara a los dioses, nuestros corazones no eran la mitad del otro.
Porque yo era aquel inocente pájaro que solo busca libertad, apasionado por todo lo que cree desconocido y dispuesto a conocer el mundo tal cual es. Hasta que llegaste tú, con tus manos llenas de maldad y decidiste acariciar mi plumaje, ganándote mi confianza.
Luego arrancándome mis alas, arrebatándome lo único que lograba mantenerme viva con el brillo de mi mirada.
Tu alma estaba llena de perversidad, deseosa de lastimar. Mientras yo era tan ignorante de lo externo que fue tan fácil caer en tu trampa.
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