Yo soy un montón de arena,
pues no persigo estadías.
Navego los surcos de los ventanales,
conozco las suelas de muchos señores;
me guardan en frascos de viejos recuerdos,
y en los rincones de grandes ciudades.
No tengo estadía.
Pero llego,
como todo llega en esta vida.
Soy un péndulo hecho de aire,
las nubes que el mismo aire mueve;
soy la mueca de un trueno encendido,
y la gota que cae cuando llueve.
Si mañana se apaga mi suerte,
si la muerte encuentra su motivo
seré paz y vivencias de antaño,
lo que está y lo que ya se ha ido;
la nostalgia de algún plan futuro;
mi gente
y todo lo que escribo.
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