Tous les garçons et les filles

Françoise Hardy narra en Tous les garçons et les filles el deseo irremediable de conseguir pareja, y ser igual de querida que las demás personas de su edad. La narradora habla sobre el anhelo a sentirse amada, a amar y estar en compañía; al mismo tiempo se entiende que ese deseo se intensifica cuando todos los demás ya han encontrado a alguien —aunque se desconoce la historia atrás y si realmente son felices—.

Observo a mis amigos, a mi familia, a la gente que me rodea. La gente camina en pares, con las manos juntas. Como Aristofanes explicaría: "El hombre primitivo era redondo, su espalda y sus costados formaban un círculo; y tenía cuatro manos y cuatro pies, una cabeza con dos caras, mirando en direcciones opuestas, asi que temiendo de su poder, Zeus los dividió en dos seres separados, condenándolos a pasar sus vidas en busca de su otra mitad". Explicando porque los Dioses los condenaron a separarse y con ello, a tener que buscarse entre todas las personas para volver a ser uno mismo.

Sé paciente escucho que dicen, y aunque la paciencia no es mi virtud, espero, deseosa de mirar la catástrofe.
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Ruego a Dios que me envíe alguien. Mis oraciones destinadas a esta pequeñes, ¿a quien le importa la paz en el mundo o la sanación de los enfermos mientras seas amada?

Me gusta engañarme a mi misma diciéndome que Dios me tiene reservado alguien mucho mejor que con aquellos con los que he querido y no se concretó nada, alguien que tenga todo lo que busco (no se si lo que merezco). Fantaseo con la idea de que Dios lo reserva para mí, solo que no es el momento, ni para mí ni para esa persona. Es solo espera, mucha paciencia.

Pero sé que incluso Dios se ríe de aquel pensamiento, y escucho su carcajada para entonces convertirse en una risa burlona. Tal vez solo existimos personas que nacimos para no ser queridas, y Dios no nos tiene nada reservado, porque no merecemos nada. Algo hice, no ahora, ni siendo niña, tal vez en otra vida.

Es una profecía escrita en la tierra y narrada por la pitonisa. No importa que se haga, porque las personas que intentan cambiar las profecías justamente terminan haciendo que suceda. Resignada y abnegada a lo escrito. Encárgate de tu vida, me dicen, y es verdad no tengo opción.
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Hubo un día en el que con una amiga estaba en una situación complicada. Ella pensó en automático en su ligue en turno, me dijo «tengo ganas de llamarlo» que al menos él intentaría resolver, o que aunque no resolviera él estaría ahí como un apoyo, pero no lo llamó porque lo resolvimos... pero pensó en él y eso es lo que importa.

Sin embargo, es justo decir que si lo hubiera llamado, él hubiera aparecido en el momento y la hubiera ayudado (y por tanto a mí) porque la quería a ella. Cuando quieres a alguien eso es lo que importa: el bienestar de la otra persona.

Pienso en eso: requerir un apoyo, o un soporte. No quiero a alguien que me resuelva la vida, me basta con alguien que sostenga mi mano cuando todo parece derrumbarse (que es casi siempre). Me basta alguien que quiera estar conmigo, que me entienda y no se desespere de mí.
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Tal vez si no viviese en caos, ya hubiera encontrado a alguien que me quiera. Pero yo solo conozco el caos, es la única manera en la que se vivir.

Nunca una sola casa, nunca una sola idea, nunca una sola historia, nunca nada como único.
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¿Y si la persona con la que estaba destinada ha muerto?
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¿Estaba condenada cuando aprendí una lengua muerta en lugar del lenguaje del amor?

La frase "Mujer que sabe latín no tiene marido, ni buen fin" es un antiguo dicho popular, se lo escuche a la Maestra que me dió jurisprudencia en la universidad mientras ella saltaba por el aula después de haber dicho "iurisprudentia est divinarum atque humanarum rerum notitia, iusti atque iniusti scientia". Dijo: por eso no tengo marido, seguido el dicho, y soltó una carcajada, porque es feliz aún asín marido.

La idea es el reflejo de prejuicios de épocas pasadas contra las mujeres educadas. Implica que las mujeres que adquirían conocimientos avanzados o aprendían latín (un símbolo de educación y erudición) eran vistas como "difíciles" o "rebeldes," y por lo tanto, se consideraba menos probable que se casaran o tuvieran una "vida feliz." Es todo un símbolo de resistencia.

A mi siempre se me ha tachado de inteligente, aunque estoy segura que mienten y suponen que soy lista porque siempre estoy leyendo. Intimido a los hombres de está manera, Enrique dijo que porque soy culta y tengo presencia; mis amigos comentan que impongo; y mi abuela le atribuye al carácter.
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Mi anhelo por ser amada es más grande que lo que soy capaz de amar. Que egoísta.
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Si algún día llego a conocer a alguien no seré su primer amor. Solo seré la sombra de un amor que no pudo rescatar y no tuvo opción. No puedo resignarme a no amar solo por está idea.
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¿Es por qué no soy lo suficientemente bonita? ¿Es por qué no soy tan delgada?

¿Acaso no merezco ese ramo de flores?, ¿No merezco esa carta hecha a mano? ¿Al menos no puedo ser presumida ante todos? ¿No merezco respeto o que me valoren? ¿No merezco ser amada? solo no soy esa persona, que no merece nada de eso.

Cuando te ames, alguien te amará, dice la voz popular. Lana del Rey lo dice en Did you know that there’s a tunnel under Ocean Blvd «love me until I love myself». Quizá no me amo lo suficiente como finjo hacerlo.
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¿Algún día alguien me querrá? Le pregunto a mis amigas, sí, dicen ellas, yo te quiero, dicen cada una. Sé que ellas me quieren, pero yo quiero ser amada romanticamente.

"Tú vida no puede girar en torno a que alguien te ame o no, también tienes que enfocarte en ti, y entonces llegará", dicen... la gente dice muchas cosas. Contraria a la idea del hilo principal, yo estoy enfocada en mi, me encargo de mis asuntos y voy tras mis propósitos... aún así nada digno.
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Hay un trauma en mi familia: los que amaron tanto que nunca más volvieron a conocer a alguien más. Cada generación en mi familia lo tiene. Cuando mi bisabuelo murió en un accidente construyendo Nacional financiera en 1961 en la Ciudad de México, Berta no volvió a enamorarse, ni a conocer a nadie porque sería traicionarlo y traicionar a sus hijos. Su estado era viudez. La muerte los separo, aunque fueron enterrados juntos.

O mi tía abuela que su más grande amor se casó con alguien más y ella hizo un voto de castidad y pureza destinado únicamente al amor del recuerdo que le tenía. Recuerda esa época con la música de Leo Dan de fondo.

Tal vez yo soy la próxima generación dentro de mi familia, porque las familias condenadas a 100 años de soledad no tienen otra oportunidad sobre la tierra.

Tal vez yo soy la próxima en mi familia porque hay hortensias en casa, porque la hortensia es una de mis flores favoritas, y en la voz popular eso significa que la hija no se casa; no obstante, hortensia en el lenguaje de las flores significa 'logro'. Que contradictorio.
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Taylor Swift también lo explica en "I hate here": «I'm lonely but I'm good
I'm bitter but I swear I'm fine
I'll save all my romanticism for my inner life and I'll get lost on purpose
This place made me feel worthless», eternamente amargada, o eternamente feliz, porque los odiadores del matrimonio dicen que es mejor estar solo, pero yo no quiero estar sola.
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Aún así, sé que mi cerebro ha cambiado, y que nunca más me enamorare como lo he hecho en el pasado, pero lo que más lamento del pasado es que no ha sido recíproco. Que siempre he sido la que ha amado, pero nunca a la que han amado. Amado y amante, Carson McCullers lo describe: muchas veces el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. El amante lo sabe, y en el fondo sabe que su amor es un amor solitario. Conoce una nueva y extraña soledad que puede hacerlo sufrir, y entonces aloja su amor en el corazón; crea un nuevo mundo que solo él conoce. Es solo el amante quien determina la valía y la cualidad de todo amor. Por esta razón, la mayoría preferimos amar a ser amados. Casi todas las personas quieren ser amantes. La verdad es que, en el fondo, el convertirse en amados resulta algo intolerable para muchos.

Me di cuenta que prefiero ser la que ama. Solo yo soy capaz de entender cuanto amor soy capaz de entregar y de que manera. Solo yo soy capaz de conocer mi límite al idealizar a alguien.
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Sin embargo, después de escribir todas estas ideas vagabundas y días de pensar en esto mientras viajaba, he llegado a una conclusión: solo soy una chica que se siente ahogada en las relaciones y sale de ellas (incluso antes de entrar) porque le da placer el alivio de irse de ahí. Me gusta sentirme libre porque siempre tuve el sueño de ser libre.

Este texto está lleno de contradicciones, pero ¿que es la vida sin las pequeñas contradicciones? Soy feliz porque amo y aunque pienso mucho en eso, no espero ser amada.