todo texto es una indirecta solo cuando se hace ante testigos

A wound gives off its own light
surgeons say.
If all the lamps in the house were turned out
you could dress this wound
by what shines from it.

-Anne Carson (La belleza del marido).

No es secreto que perdí la cabeza por un hombre
que era amado por alguien más,
pero tocado por muchas otras mujeres,
una gran lista de mujeres, y yo estaba en esa lista.
Un nombre más a quien le rogó por meses,
y ese era mi logro personal.
Cuando él me cortejaba, yo huía;
no porque no lo quisiera, sino,
porque su boca emitía mentiras.

Ese es solo fue el último antecedente,
por meses no supe nada de su existencia,
                     —y mi cabeza estuvo en calma—.
hasta que cada tanto rozaba mi piel, y
muy dentro de mí, pensaba que era de lo
más romántico.
y cada tanto hablábamos, y cada palabra que me respondía era una doctrina.
pero cada tanto me rompía el corazón
                     —o tal vez yo misma lo hacía—.

Bastan tres palabras que me diga
para que mi mundo acabe enseguida.
Las dice mirándome de reojo,
espera que reaccione mientras
me pregunta si estoy enojada,
no.
no estoy enojada.
¿por qué debería estarlo?
Estoy decepcionada, triste, frustrada;
                                       pero está bien,
es mi culpa, se lo hago saber.
y aún lo quiero,
pero cada regreso me rompe un poco más el corazón.

Yo nunca te amaré, dice él,
me desgarra el corazón, y ese día llueve todo el día,
el río se desborda, las calles se inundan
aunque son solo lágrimas.
¿cuánto puede llorar un cuerpo?

¿por qué?, podría lanzarme a sus pies y llorar,
podría rogar por una respuesta,
aunque mi rostro no se inmuta,
es como si apenas reaccionará.

¿es por qué no soy ella?

es porque eres tú, podría responder él,
pero no dice nada,
porque yo tampoco he preguntado nada.

Me detengo enfrente de él,
su mirada triste me analiza con curiosidad,
paso mi uña del índice sobre mi cuello,
mi piel sangra al instante.
Quiero cambiar el rumbo de su vida muriendo enfrente de él,
que piense en este momento
para siempre.
Pero a él no le importa,
ni siquiera un gesto de horror,
pasa por encima de mi cuerpo desangrado
y se va.

Soy un fantasma,
Ahora debo penar hasta la eternidad,
todo porque a él no le importo.
Soy un fantasma que se creyó mártir.

Ahora sabes que esto no pasó,
o sí,
sabes
que aún lo veo,
y lo persigo como su fantasma.
Al fin y al cabo, ser humano implica romper cierto límite,
y ser fantasma implica alcanzar otro límite.