Todo pasa
“Todo pasa”, decían.
Y nos aferramos a esas dos palabras
como si fueran una promesa,
como si el dolor tuviera fecha de vencimiento.
Nos mantuvo vivos, sí,
con la esperanza torpe
de que mañana, tal vez,
los problemas se cansaran antes que nosotros.
Pero no.
A veces no pasa nada.
A veces pesa, se clava,
se pudre adentro.
Y mientras el mundo sigue,
uno se hunde.
¿Y qué nos queda?
A nosotros, los que respiramos frases
como quien se traga agua salada
solo para seguir flotando.
“Todo pasa”.
Mentira.
Hay cosas que no se van nunca,
solo aprenden a doler en silencio.
Hoy lo sé.
Porque mi alma arde,
mi cuerpo cede,
y sigo acá,
esperando que el tiempo me cumpla
una promesa que nunca hizo.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.

Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión