Todo o nada

Todo o nada.

Te volviste una granada contra mi espada.

Justo en mi espalda, una apuñalada con cada mirada.

Condenada a inclinarme apasionada con cada palabra.

Pareciera que una manada ocasionara zancadas en mi corazón cuando me prestas atención.

¿Por qué me causas tal emoción?

Como si mi vida no tuviera acción, ¿qué es lo que te hace tal excepción?

Ni que fueras parte de una comisión.

Aunque…

Quiero olvidarte, nunca paro de pensarte.

Quiero encontrarte, pero ni me permito buscarte.

Estoy harta de ignorarte cuando muero por hablarte.

¿Cómo hago para no mirarte si me pareces una obra de arte?

No paro de alejarte y, enseguida, llamarte.

Intento evitarte cuando muero por tocarte.

Abrazarte me tienta, pero sé que debo estar alerta y despierta.

Dejar de ponerme de oferta y cerrarte la puerta…

aunque nunca hayas tocado de ella.

Basta, solo quiero odiarte, pero no dejo de suplicarte.

Sé que debo superarte,

porque nunca llegaste a extrañarme,

pero es que solo logro necesitarte.

Acabar conmigo sería más sencillo que imaginar una vida contigo.

Cierro capítulo.

No pienso ser tu fascículo.

Merezco mucho más que un simple subtítulo.