Todo el mundo tiene algo que decir

Dicen que no importan las palabras

Que esas se las lleva el viento

Ni tampoco la verdad

Ni la razón

Ni la sentencia

Dicen que no importa la verdadera razón para comenzar una revolución

Ni las flores

Ni las armas

Ni la crueldad asediando las pantallas

Dicen que dejaremos de saber del sonido de las plantas en su silencioso bregar

De su arraigo, de su sabor

No sabremos de la risa que se ahoga antes de nacer

O que nace torcida

o sinuosa se desploma en una tumba

De anticuada ceremonia

Tampoco de su verdadera magnitud

Dicen que solo seremos libres

cuando nuestro tránsito transcurra en silencio

Sin algarabías

Sin huella ni quebranto

Dicen que ni siquiera ese destino

Ese manifiesto desenlace tiene sentido

Pero será la prueba definitiva

de que hemos vivido muy a pesar de lo que dicen o dirán.