to the brighest sun i know.

mi pequeño sol de abril. de vez en cuando pienso en ti. de lunes a domingo. del primero al treinta. cuando el cielo se ilumina y cuando vuelve a oscurecer. siempre estás allí, en un rinconcito de mi memoria donde no habita nada más. solo estás tú y los recuerdos vívidos de toda una década.

me gusta pensar que, en algún lugar del tiempo, seguimos riendo bajo el mismo cielo azul, caminando sin prisa, compartiendo silencios que dicen más que cualquier palabra. hay recuerdos que no necesitan ser tocados para seguir vivos; se sostienen solos, con la ligereza de lo verdadero. tú eres uno de ellos. un instante que no se rompe, un rincón al que siempre puedo volver.

mi pequeño sol de abril. tu luz sigue intacta en mi pecho. a veces creo verte en los detalles más absurdos: en el reflejo del agua tras la lluvia, en una risa ajena que suena a la tuya, en una canción que no escuchábamos, pero que de algún modo me habla de ti.

no importa cuánto cambien los calendarios, abril siempre tendrá tu nombre. no porque te extrañe, sino porque celebrarte se ha vuelto una costumbre del alma. eres como ese libro que uno no relee todos los días, pero que nunca se presta, porque significa demasiado. y así te guardo yo: como un regalo que fue mío y que, de alguna forma, siempre será. intacto. eterno. mi pequeño sol de abril.