La vida es curiosa,
el tiempo es engañoso
y cuando amas a alguien
que siguió alejándose de ti
a pesar de todo lo que has dicho y hecho,
empieza a sentirse bastante devastador.
Te extraño la mayor parte del tiempo,
pero ya hay días que no quiero.
No quiero volver a vos.
Extrañarte ya se siente mal.
Es como si ya no tuviera permiso para hacerlo.
Pero te diste cuenta cuando te dejé ir,
a pesar de mi resistencia
tuve que hacerlo.
Ya no estabas allí.
No estabas conmigo,
no estabas para mí.
Sé que la vida es extraña
y el tiempo es engañoso.
Y ahora perteneces a otras personas,
y tu tiempo también.
Así que ya no quiero pensar más en tu fantasma,
que es todo lo que me queda.
Te amé de mil maneras
y sé que si hasta el día de hoy
me pides sin razones que me quede
en un bosque lleno de serpientes que me aterrorizan,
yo lo haría.
Y esa realidad siempre me resultará aterradora.
A veces te siento, te veo,
en cada canción en nuestro idioma
contra mi voluntad.
Incluso en tu ausencia
y volviendo a desconocerte,
permaneces en mí
(pero ahora me molesta, no me pone triste).
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