Tengo seis minutos para escribir algo
y después salgo rajando a buscar un sanguche de milanesa.
¿Qué puedo decir en seis minutos?
Los dedos no me acompañan, se tropiezan entre ellos.
Nunca, para colmo, aprendí a escribir con los cinco dedos.
Escribo con tres, estrictamente hablando,
y a lo sumo de vez en cuando con el pulgar y el meñique
para apretar teclas periféricas o la barra espaciadora.
No es fácil escribir en seis minutos algo con seis dedos.
Pero vamos a tratar.
Sigas o no sigas, la cuestión está en seguir.
La perseverancia está en las tripas, no en el camino.
Cuando menos solo estoy es cuando estoy solo.
Eso me lo dijo un viejo bien icónico de la ciudad hoy, como si nada.
Me quedan tres minutos y ya se me hacen largos.
Encima me equivoco como tres veces escribiendo "hacen".
¿Leyeron mi escrito anterior? Digo, por si se aburrían.
Condena por ser libre o condena por ser bueno,
En ambos casos muero y renuevo mis derroteros
Ser lo que quieran que sea o ser como soy
Hundir mis pies en la brea o andar el cemento seco
Entre árboles olvidados, encerrados en cuadrados
Como recuerdos de un mundo pasado.
Se terminó el tiempo. Gracias por su atención.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión