Ten miedo de ti

Ten miedo de ti.

Ten miedo de ti misma, de tus principios, ten miedo de los días lluviosos en los que se asoman malas noticias en tus ventanas, ten miedo del hablar y la parla barata de un hombre enamorado, de ese brillo artificial que rodea los ojos de los embusteros, ten miedo cuando el camino parezca austero y tus cuentas no tengan ningún cero, ten miedo de lo correcto y lo perfecto.

Ten miedo de tus tristezas, de tus arrebatos de ira, de lo que tus manos pueden hacer y de lo que tu mente puede creer, revisa siempre si la puerta está cerrada y tenle miedo a salir después de acostada. Ten miedo de tu carisma, de ese peligroso hábito de hacerse amigo y confidente de todo el mundo, ten miedo de esas tus suaves caderas delgadas, que van bailando como si nada. Ten miedo de esos que tocan y se van, esos ilusos que creen que son dignos de meterse en tu vida.

Tenle miedo a todo y no te creas ni lo que dice tu sombra, pero no dudes de mí, no temas a mí. No temas de mi mirada cobarde y fija cuando te digo “te quiero”, no temas de mi voz de niño ni de mi olor inolvidable. No temas de estas manos soñadoras que tocan tu regazo de repente, no temas de estos versos escritos a tu nombre, no dudes cuando te digo que le das unos años más de vida a este joven hombre. No dudes de mí, de mis palabras pensadas y preparadas, no dudes de las comisuras que se forman entre mis ojos cuando me saludas, ni creas que miento cuando te digo que aún teniendo opciones, te quiero elegir. No dudes de mis palabras románticas ni de mis actos gentiles, porque aún buscando entre mares y tierras, nunca vas a encontrar quien te demuestre ni la mitad de lo mucho que yo te quiero, y es que estos insomnios que te dedico no son porque sí.

No lo hagas, por favor, no dudes de mí, que vivo contando los días, y si un día decido contar cero, más certezas no volverás a tener y sólo entonces, querrás dejar de dudar.