Te tengo una noticia:
la poesía nunca fue divina.
Aunque a veces la encuentres en el cielo,
aunque podamos crear mundos pequeños.
No hace falta hablar de una rosa y un dios,
hace falta tener los sentidos despiertos y mirar alrededor.
Admirá los colores de la plaza,
escuchá la risa de tu persona favorita,
sentí en el pecho la angustia asfixiante,
recordá el aroma de una persona que no esté en esta vida.
Y si recordás tu último beso,
¿sentís un sabor dulce o amargo?
La poesía nunca fue divina.
No porque le falte poder,
sino porque no hace falta elevarse tanto para sentirla.
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Comprar un cafecitoIvana Franco
Si paso por acá es para declarar mis eternas bitácoras: de mi mente, mi rutina, mi vida. Dejar un… ¿Registro? Veremos qué sale.
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