No sabía lo mucho que tu presencia
marcaba tanto hasta que tu pieza
quedó vacía.
Hasta que las risas salían y vos
no estabas ahí, en la punta de la
mesa riéndote con nosotros.
Cada foto se siente vacía,
porque miro arriba y ya no estás ahí.
El mate se siente amargo,
porque ya no le echas tanta azúcar
que la panza dolía.
Es como si todo lo que alguna vez,
de alguna pequeña forma no notaba,
ahora se nota de forma desmedida.
Y te extraño,
te extraño como nunca extrañé a nadie.
Porque tu casa siempre va a ser la
casa de la abuela para mí,
porque siempre voy a venir buscando
algo que ya no está.
Y me arrepiento por lo poco que te dije
que te amaba,
incluso aunque lo sintiera en el alma.
Y me arrepiento por las veces que me
enojaba y no venía a verte dos días
seguidos, porque es tiempo perdido que
ahora se convierte en cicatrices.
Ya no hay nadie con quién no quiera ser
equipo para jugar a las cartas,
o quien siempre me decía para comer.
O vos, que me diste todas tus pulseras y
anillos, porque vos ya no usabas.
Ahora todo se siente tan frío y sin color.
Incluso aunque el mundo esté lleno de él,
ya no lo veo de la misma forma.
Porque vos no estás y ahora extraño
cada cosa.
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecitoRecomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.


Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión