Te declaro mi amor

Te declaro mi amor, porque sé que somos destino.

Te declaro mi amor con la certeza que solo da el alma cuando reconoce a la suya.

No importa cuántas vueltas dé el mundo, ni las estaciones que cambien mientras llegas, porque sé —lo he sabido desde siempre— que eres tú.

Tú, que apareces como la luz después de la tormenta.

Tú, que vuelves una y otra vez, como el sol que nunca olvida salir aunque el cielo amanezca nublado.

Como el ave fénix, nuestro amor no se extingue: se transforma, se renueva, se fortalece.

No me asusta el tiempo.

No me cansa la espera.

Porque amar así no pesa, no duele… sostiene.

Y yo te sostengo en el lugar más seguro que tengo: mi corazón.

Tú y yo tenemos un lenguaje que no necesita palabras.

Hay algo en tu presencia que calma, que enciende, que abraza incluso cuando no estás.

Por eso te declaro mi amor sin miedo, porque este amor no pide explicaciones: simplemente es.

Y lo es todo.

Sé que el tiempo aún nos está preparando, que todavía hay caminos que andar, pero también sé que al final de cada uno de ellos, te encuentro.

Una y otra vez.

Y cuando llegue el momento —ese que ambos sentiremos en el alma— no habrá más pruebas, solo certezas.

No habrá más distancia, solo encuentro.

Y ahí estaré, con los brazos abiertos, con todo el amor intacto, como el primer día… o como todos los días desde que te vi.

Porque a ti no te espero con ansiedad, te espero con amor.

Con fe.

Con la paz de quien ha encontrado su hogar, y solo está aguardando el momento exacto para volver a entrar.

Te declaro mi amor.

Hoy. Mañana. Siempre.

Porque tú y yo… somos de esos amores que nacen una vez en la vida y viven para siempre.