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te amo porque no quiero pelear

malvina

Dec 22, 2025

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te amo porque no quiero pelear
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tengo un recuerdo adherido a las muñecas,
es como esposas de algodon

nos tomamos un taxi a la salida del cine, es tarde, salimos euforicos y felices. Casí ni queremos tocar a esa alegria por miedo a que se rompa. Queremos llevarla hasta casa y que se filtre entre los dedos cuando nos demos la mano.
De repente, cuando ya estamos cerca, el tachero empieza a ser un recorrido innecesario, vos te pones nervioso. Da muchas vueltas y el contador del perimetro sube. Vos mascullas y me hablas en confidencia, ya con la bronca deaparramada: "hace eso esperando que no nos demos cuenta así puede cobrarnos de mas, ya me conozco ese truco, hacen todos lo mismo". Te haces cargo. No recuerdo que es lo que le decis al chofer, no lo acusas directamente, pero tenes los medios para hacerle saber que sos mas vivo que el y los usas. Tus palabras y movimientos tienen fuerza pero siguen estando enmarcadoa dentro de tu facilidad para seguir los modales. Domas a la situacion en dos segundos, con agilidad y sutileza. Yo jamas podría hacer algo así.

Nos bajamos. Vos te sentis orgulloso de haber identificado la injusticia y haberla interrumpido a tiempo. A pesar de los pesos que tuvimos que pagar de mas, vos sentis que saliste victorioso del crimen automovilistico. Pero tal cual como funciona el mundo, en donde las situaciones son siempre las mismas y si varían es solamente porque cambian de lugar las cosas: ahora la que que sale por la puerta hecha una furia soy yo.

Nos acostamos en la cama. Me miras sonriendo, buscando complicidad en esa critica a los tacheros que pretende ser de estatus sociouniversal. Queres que compartamos el sentimiento de ofensa, que nos sintamos atacados por lo mismo. Siempre hacemos eso: configuramos el zoom de los lentes personales por los que vemos el mundo, para que queden parecidos, apuntando a las mismas personas. Peleamos mucho nosotros y los conflictos quedan siempre en las memorias de las camaras, así que así es como ajustamos las cuentas. Para asegurarnos que todavía hay cosas en las que podemos entender al mundo de la misma manera, que vivímos en los mismos mismo paísajes. Para que el adversario deje de ser uno de nosotros, para eludir el terror de tener que expulsarlo, debemos apuntar hacía alguien mas. Pero yo rompí el pacto que esa noche había pedido. Toque a la alegria y te tome fotos sin tu consentimiento. Mi  zoom enfoca a un defecto microscopico, y estoy indignadisima. Alzo la voz: ¿como vas a tratar así a un pobre tipo?
shh me decis, preocupado de que alguien nos escuche. Estas sorprendido, por un segundo no entendes lo que esta pasando. Esperabas que celebrara que defendieras a nuestras billeteras siempre agonizantes, no dudaste un solo segundo del sentido que tenía lo que hacías. ¿Tu reacción del auto era candidata para el cuestionamiento? ¿¿como?? si esta vez jurabas que lo tenias todo cubierto. Habías actuado con refinamiento. Habías hecho lo que siempre me gusto de vos: Actuar con un determinismo desobediente lleno de franqueza y cordialidad. Expulso soldaditos de todas partes y usan mis brazos de tobogan para llegar a los tuyos, vos las sentis como hormigas rojas, te hacen arden la piel. Yo empiezo a darme cuenta pero el orgullo y la adrenalina me impiden retroceder. La respuesta a la batalla que había iniciado no es con la que esperaba a encontrarme, la que motivó que la inciara en primer lugar: vos no contra-atacas. Me quedo solitaria y desolada en medio del campo. Insultando y dando discursos sindicalistas como una esquizofrenica. Hubiera puesto las manos en el fuego por defender a aquel desconocido de una escena que no le habra quitado mas de cinco segundos de sueño. "Debía de haber otro motivo por el cual dío los desvíos que dío", "Se habrá perdido se habra perdido" repetia yo incesantemente, mas para mi que para vos. Soy un disco rallado. Un disco rallado que habría que haber sacado del tocadiscos, no importa si la cancion es buena si la distorsion incomoda al oído.
No llegamos a ningun acuerdo. Me acuesto en la cama me doy la vuelta ofendida y te doy la espalda, decidida en romper la ley mas historica de la constitución mundial del amor: no irse a dormir enojados. Así de grande era mi terquedad.
Y aca, aca es donde el momento comienza a volverse recuerdo en forma de tobillera de algodon.
Pasan diez segundos en los que estoy con los parpados cerrados a presion y con un ceño fruncido que  para nada es el entrecejo que tiene una persona que va a poder dormir, hasta que siento la caricia mas suave que recibi en toda mi vida. Es tenue pero desparrama amor a la manera  en la que solo pueden hacerlo los gestos inmensamente suaves. Así funciona tambien el mundo, esa es otra de sus extrañezas: mientras mas grande el nivel de amor mas sutil es su gesto. Como si el amor no entrara en cajones grandes porque se escapa por los itersticios.  Todos los abrazos fuertes tienen un momento en donde la fuerza se diluye pero los cuerpos siguen ahí, con el tacto mas por encima de la primera capa de piel que en las ropas. Los caricias notorias, ademas, pueden fingirse. Pero al amor que se filtra entre los nudillos, meñiques, u ojos, ese es mas dificil de replicar. Como si de lo tan vibracional e inmenso que son los amores profundos, la unica manera de sentir su verdadera potencia fuera rozandolo.
"despertate, mirame una vez mas"  dicen las llemas de tus dedos sobre el dorso de mi mano.
Me levanto y me enderezo.
Estoy un poco confundida pero alzo la mirada y te busco,
ahí estas. Me recorre un alivio. Como si durante esos diez segundos con los ojos cerrados hubiera podido despertar de un sueño a un mundo en donde no existis.
"Perdón,  Te amo" me decis. Todavia tus dedos hacen circulos en mi mano.
Algo se explota adentro mío. Algo se estira, se infla, se tensa y se rompe. Sus partes quedan flotando como espuma sobre las olas de un río. Ya nos habíamos dicho te amo antes, pero este es distinto, y lo se en el momento mismo en que lo pronuncias. Estan sobrevalorados los primeros te amo, estos casí nunca son una revelación porque la mayoría de veces una ya los espera, no tienen caracter confesionario sino de firma. Hay veces que los te amo mas importantes son otros, los que son una carta personal hecha a mano.
Me entregas la razon servida en bandeja,
esta ahí, sobre tus manos, no se que hacer, ya no quiero tomarla, puedo percibir como lo que defendia fervintemente se vuelve un recuerdo lejano, borroso. El hilo de mi enojo pierde sentido, se estira, se quiebra:  Eso me hace sentir desnuda. Sentimiento parecido al que tuve cuando, hasta hace poco, estuve sola en el campo de batalla baldío, pero totalmente distinto. Ahí me sentia desubierta y con ganas de taparme, y aca no se, creo que tengo ganas de que nos cubramos los dos. No se si racionalmente crees que estoy en lo correcto, lo dudo mucho. Pero puedo ver que cuando me das la razon es sincero. Nunca había visto algo así. No recuerdo la ultima vez que no tuve que analizar un cuerpo para verificar si mentía. Es un momento en un millon: la locura aca no es confiar incondicionalmente, no hacerlo lo es. Haces algo que no sabía, hasta entonces, que era posible. La gente te dice, toda la vida, "el perdon no sirve si no se siente", pero siempre se refieren al analisis racional de los hechos. Y yo no se si vos te arrepentias de lo que le dijiste al tachero, no se si estabas usando al perdon como transicion de la subjetividad. Pero tu caricia era de verdad, tu tono suplicante era de verdad, tu torso arrodillado era de verdad. Tu te amo era de verdad. Tu perdon era de verdad.
Esos son los perdones importantes, no solo los que vienen de un cambio de perspectiva o del beneficio personal que trae paliar las diferencias. Sino estos otros: los que vienen del deseo  profundisimo de que la difencia no mate a alguien. No mate a ese algo que existe a traves de ella. De controlarla sin exterminarla. De salvarla sin llevarsela.
Tua ojos tienen por dentro chispas que se mueven, tu tono de voz suavizo todo la geavedad de la habitación: flotamos.
Sos un hombre totalmente distinto del de hace diez segundos pero sos el mismo, te reconozco por todas partes. "Hola, ahí estas"  digo en mis adentros entre suspiros.
Vos tenes como un cansancio medio triste. Repetis una vez mas el clamoroso pedido: "no quiero pelear con vos.... te amo, y no quiero pelear mas". Es una suplica de vida o muerte. El tiempo esta detenido. Pareciera que lo que decis es en realidad "te amo porque no quiero pelear, no quiero pelear porque te amo".
Repito, otra vez, entre suspiros y como una esquizofrenica, en mis adentros:
te amo porque no quier pelear no quiero pelear porque te amo te amo porque no quiero pelear no quiero pelear porque te amo" . Por un momento despierto un poco del estado estupefacto y llego a ver que estas avergonzado. Pasada la desorientación de  las balas que te dispare torpe y desesperadamente, lo que te quedo fue una dosis de verguenza. Te enternecieron mis gritos, mis hormigas, mi alteración. Te enternecieron mis motivos. Mientras te ardía la piel cuando todo era un caos alzaste la miraste, ordenaste la observacion, agudizaste el zoom y me encontraste en el fondo del campo deforestado. Nos ponemos a juntar los cuerpos en señal de bandera blanca para una batalla que en realidad no cumplio nunca los requisitos de batalla. Pero el terror, ese sí, ese fue el mismo.
Creo que no te devolvi el te amo. Pero no por seguir enojada, sino porque el espectaculado que acababa de presenciar me había dejado muda. No se sintio como una falta, no me lo pediste, quizas en vos  algo también se había estirado, tensado y roto para despues quedarse flotando.  Ademas, ese día estabas todo pintado de dorado.Tu yo de mas adentro ponderaba, en ese momento, sobre los otros, y se comunicaba con la mía. Nos dabamos la mano en la retagurdia de un campo desgajado, ensangrentado y vacío. Durante lo que duro ese momento, no hizo falta aclarar ni decirnos nada. El lenguaje  es siempre la puesta en escena de una especulación, y nosotros, ese día, nos salimos de la hipotesis para meternos dentro de las hojas de papel. Nos quedamos sin lenguaje. Sabíamos que el perdon aquel por mas de no ser el tradicional era el perdon mas de verdad de todos. Sabíamos del amor, sabíamos de la tregua,  del miedo, de la suplica, de lo que había detras de la manipulación de las camaras. Sabíamos lo que la noche señalaba. Sabíamos todo,
del otro.
Nos fuimos a dormir abrazados. El acatamiento al consejo universal del amor intacto.
Mientras me arrastraba el sueño me acorde:

tu viejo era tachero.

malvina

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