Tal vez algún día tenga una casa con patio
donde me pueda sentar a acariciar a mi gata,
y llorar sin parar.
El pasto será verde como el que recuerdo
de una infancia solitaria,
así como mi adultez.
Voy a poder oler la lluvia
y pensaré en mis hermanos,
quienes espero con ansias
me vengan a visitar.
Tal vez algún día mi pieza se encuentre llena de cajas
repletas de libros que todavía no pude terminar,
ropa a la cual le quedan mil usos,
y algunas fotos para extrañar a mi familia.
Las voy a cargar en el auto de mamá,
quien no se atreve a llorar
mientras me ve partir.
Mirando por la ventana voy a acordarme
de cuando me daba miedo crecer
y mi hogar dejar.
Tal vez algún día me encuentren armando la mesa,
con velas y flores,
vistiendo delantal.
Van a oler mi cocina al entrar,
especias de amor,
un poco de libertad.
Voy a apartar las sillas,
dejándolos sentar,
en mi casa de arcilla
y barro sin secar.
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