Desde aquí arriba, donde el sol brilla más,
donde el viento es suave y la tristeza no está,
te miro, mi amigo, llorando sin paz,
y aunque intento abrazarte… ya no puedo más...
Recuerdo tus risas, tus pasos veloces,
las veces que juntos corrimos sin miedo,
tus manos en mi lomo, susurrando mi nombre,
y ahora solo quedan suspiros en el viento...
No quería dejarte, no era mi elección,
pero el tiempo es cruel, nos partió en dos.
Ahora mis huellas ya no están en el suelo,
pero en tu alma, sigo latiendo yo...
Por favor, no llores, no sufras por mí,
no quiero que el dolor te haga caer.
Mira al cielo cuando sientas que ya no hay fin,
porque ahí, en las nubes… te volveré a ver...
Y cuando el día llegue, cuando cruces también,
correré hacia ti, seré tu sombra otra vez.
Ladraremos juntos, sin miedos, sin fin,
y nunca más, jamás, te veré partir...
Hasta entonces, mi amigo, sigue adelante,
vive por los dos, aunque duela en el alma.
Porque el amor que tuvimos no muere con la muerte,
sigue vivo… hasta el reencuentro en la eternidad...
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