Súplicas

Quisiera abandonarme en la ternura de tu abrazo,

pero no puedo.

El verano pasado el faro iluminaba tu pelo negro,

y este verano fue la luna llena la que aclaro tu dulce mirada.

Me hubiese encantado decirte que tanto amor senti en esos momentos,

pero no puedo.

Perdón, vida mia, por no dejarte leer mis poemas.

Vos bien sabes cuan dolorosas son mis historias,

y por absurdo que suene,

aún tengo miedo de que eches sal sobre las heridas.

Lo único que si puedo pedirte -porque un miedo terrible me invade ante la idea-

es por favor, amor mio, no me abandones.

Insistí con tu ternura, ya casi estoy derrotada.