SUMISIÓN Y OTROS PLATOS.

En los momentos modernos del siglo XXI, tenemos y queremos control sobre todo. Esto afecta incluso a nuestra psicosexualidad. No puedes sumergirte en el otro sin pensar en cuál es el próximo movimiento. Nunca pensé que tendría que escribir sobre la sumisión, pero ¿y si esta es la verdadera liberación del espíritu?. Quienes no estén en este camino, absténganse de comentar. Porque, hablando de relaciones, aunque exista la monogamia, ¿realmente es porque ambas partes funcionan? O es, efectivamente, porque el sumiso se rebela y deja de funcionar. ¿Y si el que nunca se pensó sumiso se somete?, porque esto implica despojarte de toda esa capacidad de tensión, control e incluso automutilación de no poder ser. Tal vez simplemente es derretir tu faceta forzada, tu máscara, no solo con la persona correcta en sí, sino contigo mismo. Si allá afuera no puedes aceptar tu esencia, estás perdido, te frustras y cometes actos en tus relaciones de los que te arrepientes. Daré ejemplos para ser más específica:

En mis momentos en los que he querido salir con alguien o tengo algo formal, siempre termino controlando al otro hasta extirparlo, los castro, para ser exacta, corto sus alas, como quieran llamarle a esta perpetuadora que trauma psicosexualmente al otro (risas). Yo lo analizo y es una dinámica de poder en la que he querido siempre someter al otro porque ni siquiera yo tengo el control de quién soy (nadie lo tiene), pero si por un momento hay un atisbo de debilidad de parte de otra persona, ¿no tomarían esta oportunidad para someterle?. Aunque, al final, esto no me da satisfacción alguna. ¿Cuál es la consecuencia o, más bien, el resultado si el otro no quiere ser sometido?. Y si ambos son controladores, ¿no funciona?, lamentablemente, no. Porque en todo mi historial de personas con las que he podido convivir, de todas formas, colores, tamaños, siempre termino dominando y esto en mí solo abre más un hueco, incluso si el otro lo disfruta. Al final, la realidad es más absorbente, no funciona.

Entonces, si somos criaturas que necesitan de dinámicas de poder, ¿cuándo me someto y cuándo no? ¿será momento de someterme?, si el otro es capaz de someterse ante uno, ¿el deber es corresponder?, ¿será acaso que soy como los hombres que de pronto tienen la luz encendida para poder casarse con la primera buena mujer que ven?. Aunque, en este caso, ¿será para disfrutar de estar con alguien que puede darme liberación sin necesidad de que yo me haga trizas?. Al final del día, la mujer fatal no es más que un espejismo para aquel que no puede ver más allá, y ¿no es eso lo que todos anhelamos? ¿ser más humanos?, despojarnos de cualquier vergüenza que se pueda atisbar en un vínculo, porque incluso el más "abierto" o "auténtico" está fingiendo. Así que, si tienen la fortuna de poder someterse a una persona que no va a juzgarles, reírse o incluso, que no va a irse, aprovechenlo. Solo así podrán poner a prueba qué tanto están dispuestos a poder ser y no huyan. Eso solo lo hacen quienes no pueden mirarse al espejo por completo.

Este es mi nuevo manifiesto."