Sueños que parecen no tener fin.

Tuve una idea en mis sueños, tuve una claridad infinita de lo que debía capturar en letras. Pero al despertar ya lo había olvidado, tengo pequeños tintes de la fugacidad que mi memoria guarda, la historia iba de alguien. Alguien que no conozco y que se esfuma al cerrar los ojos. Entonces vuelvo a dormir para tratar de encontrarla entre todos mis pensamientos y olvido que es lo que estoy buscando: ¿Una historia, una persona, una idea o simplemente nada que estuviera en mí?

Me pierdo en la inconsciencia de mi mente y me hallo frente al espejo de mi alma. Mirándome como alguien que no soy, como alguien que debí ser, quizá. Y me pregunto si algo de lo que contemplo frente a mí, me pertenece en su totalidad. Lo que parecen ser mis labios, se humedecen con el paso de mi lengua al mirarme desnuda, y mis ojos se rien de mis deseos. Soy alguien que estuvo poseída por los impulsos fugaces, por las pequeñas cosas prohibidas y lo efímero que parece ser amor. Entendí entonces que no era alguien especial, no era una excepción en la naturaleza, yo también tenía esa pequeña fisura en la soledad. Yo también anhelaba la calidad de alguien, sin importar quién fuese. Cuando miraba más detalladamente mi reflejo, me desconocía. Yo, principiante de la vida y acreedora de ideas más que propias estaba corrompiendo con cautela lo que odiaba de todos. Me convertí en alguien controlada por sus debilidades, manchando todo a mi alrededor, mis sábanas y mi ropa interior, para terminar llorando bajo la regadera pensando solamente en lo que no pude hacer. Fue cuando mire a alguien más frente al espejo, alguien que no fuí pero que ahora soy.

La cautelosa mirada que me penetra me envuelve en una mentira de autocompasión, calmando mis ansias con un esto pasará. Sus manos emergen de su iris y tocan mis muslos, sus dedos recorren mis piernas y termina en un beso. Un beso que marca la ruina de lo que nunca quise ser, un beso que razga la línea de lo que aún soy. Temerosa de la pequeña incertidumbre, me detengo y formó una idea en mi mente. Lo tengo claro, pero despierto.