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Sueño o pesadilla N° 4: Pulpo

Ro

Nov 4, 2024

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Recostada en la arena, viendo el oleaje del mar. El viento sopla con arena y humedad.

Es una linda vista del atardecer, lamentablemente hay mucha gente que interrumpe mi vista, el griterío típico de la playa, niños jugando y los vendedores ambulantes con sus cánticos marketineros vendiendo "suspiro de monja", ofreciendo tatuajes temporales para niños...

Mi madre entra al agua y decido acompañarla, aunque ella va mucho más delante que yo ya que ella va a una roca gigante que flota, es una piedra pómez, ahí van todos a tomar sol.

Mientras, el tacto al agua es helado, como siempre, me tengo que frenar un poco para adaptarme a la temperatura pero sigo hasta el punto donde ni las puntitas de los dedos gordos del pie tocan el fondo. Comienzo a nadar hasta pasar la última rompiente de olas. Ahí el mar es calmo, puedo flotar mirando el cielo sin que nadie me moleste.El cielo está parcialmente nublado y cuando sopla el viento, el agua salpica cobre mi cara -esas gotas refrescantes no son más que caricias de unas buenas vacaciones en la playa- pienso, pero de repente hay demasiado silencio, tanto que ni siquiera escucho el bullicio de la gente a lo lejos, no hay ruido de agua, ni de viento. Es como si el tempo se hubiese paralizado.

Me reicorporo flotando mientras miro a mi alrededor y no veo a mi madre sobre la roca que reposaba -algo no está bien.

Comienzo a nadar hasta la costa y debajo de mis pies siento algo resbaladizo y muy frio. Salen a flote miles de cubos de hielo, lo suficientemente grandes como para poder sentarme sobre uno de ellos... pero eso era una mala noticia.

¡Rápido, hay que salir del agua! Pero, y mamá ¿Dónde está? Comienzo a nadar en busca de algún parecido a ella -¿Bikini? No, ella tenía una malla enteriza negra. Ya me estoy agotando, entre nadar y correr según mis pies tocaban arena, buscando entre la gente. Nadie hace ruido, nadie grita ni habla, yo tampoco.

Sabemos todos, que algo se avecina, si no es que ya está entre nosotros.

Se suponia que era un tiburón, pero no, es un pulpo gigante que surge del agua, tiene unos 3 metros de alto y, a pesar de su aspecto tierno, ya que es rosado y parece un globo de esos que arman los payasos, es totalmente mortal. No dejarse tocar por el pulpo era lo que tenía en mente. Pues para mi mala suerte me estaba persiguiendo.

Intento huir hacia la costa, todavía con esperanza de ver a mi madre y si, ahí estaba ella, en la costa tomando sol, sonriendo, viviendo una realidad totalmente ajena a la mia en este momento.

Ya no tengo oportunidad, dejo de nadar. El pulpo tierno y rosado se acerca a una velocidad ridícula, con una fuerza que generaba olas gigantes haciendo que los cubos de hielo choquen entre ellos y otros salgan disparados, para solo tocarme suavemente en el hombro con uno de sus tentáculos. -Fueron unas buenas vacaciones.

Me dejo llevar por el oleaje, mirando el cielo, flotando mientras lentamente me voy hundiendo...

Ro

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