Las miradas de ellos,
las sonrisas de ellos,
cuánto brillaban sus ojos.
¡Oh amor, qué grande eres al venir por ellos!
Eres la vida,
más allá de sus vidas.
Pero aún no sé han dejado ver porque se escaparon juntos dónde no pudieran ser vistos.
Pero algo queda de ellos —la esencia de su amor—, la que yo presencié, la que nunca antes volveré a ver ni nunca llegaré a sentir.
¡Oh amor, qué grande eres al venir por ellos!
Llévalos, llévalos:
donde ni la muerte pueda encontrarlos,
donde otra vida pueda alcanzarlos.
Llévalos, llévalos:
donde mis ojos puedan presenciar de nuevo la esencia de su amor
y donde mis letras puedan escribir
más de su amor.
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecitoRecomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión