Juro no volver a equivocarme de personas. Juro no volver a confiar en cualquiera. Era pequeña, ingenua, nueva, virgen, inocua, brillaba. Después de eso nada fue igual. Pero para mi fue un debut y despedida. Debut de desilusión y despedida de ilusión. Ya nadie me impresiona. Triste porque hasta las personas que no directamente me desilusionron primero, lo hicieron después. Creo que la humanidad está en extinción, como leí recién, hay miedo, desconfianza, la lealtad es materia vieja y nadie se atreve a cambiar la dirección, estamos cada vez más solos. Tienen razón mis viejos en que antes se confiaba mejor. Antes, las personas se unían, a pesar de todo, sin exigencias personales que distancian, sin egos muy grandes, queriendo al otro. A mi y al otro. No solo a mí. Yo primero y yo después y de vos me importa nada, en realidad. Quiero pero no puedo. No puedo estar con alguien? No es loco? Porque no somos naturalmente animales solitarios. La raza es conjunto, manada, identificación, pertenencia. Ahora no. Ahora da lo mismo el otro ser humano. No importa. Además, el otro es malo. Siempre el otro es malo, inmaduro, discapacitado amoroso, nadie cumple con las expectativas. Expectativas demasiado altas cuando el o la o le que se cree se cree muy alto. Nadie baja. Nadie dispuesto a ceder su trono. A compartirlo al menos. Cuesta tanto sentarse junto a otro. Es el enemigo. Ante todo. Miedo de dejarnos querer por otro que si o si será malo para y por cada uno. Disyuntiva la mía. Aún tengo corazón. Y lo conservaré. Terminaré sola? Dejaré a alguien entrar? Confiaré? Harán lo mismo por mi? Cito de nuevo a mis padres porque ellos me hicieron sentir. Sentir que valgo la pena, saberlo, estar tranquila conmigo, darme valor, no desprecio, quererme, amarme, respetarme, valerme. Eso es bueno, y nadie que no tenga o reconozca eso y no quiera disfrutar al menos de que lo tenga yo, va a destruir esta confianza y seguridad que siento por mi. Si no aparece nadie que sea abierto, sensible, confiado, veraz, auténtico y hasta viejo, no iré con nadie. Amigos, parientes, parejas, enemigos, conocidos, familia del corazón, familia de sangre, todos conforman la red que me contuvo y contiene, de más esta decir, se contenerme gracias a ustedes.
Tengo 40 años. No soy ni de 20 ni de 30 ni de 50 ni de 60 ni de 80. 40 parecería la mitad de la vida en tiempo. 40 son muchos pero pocos, aún siento que tengo todo por vivir. Aún no tengo pareja, hijos, familia propia, casa propia, auto, perro, vacaciones. Aún no me voy de viaje. Aún no experimento la paz. Aún siento miedo pero eso me empuja, me desafía y no retrocedo. Aún quiero tantas cosas. Aún se que valgo, que soy alguien valioso y no voy a dejarme desperdiciar. Después se ven películas de amor y se llora o se emociona por lo que falta.
Digo que cansó el desequilibrio exterior, la confianza mal recibida, el dolor ajeno.
Digo que amigos hay en todos lados y aun no se bien que significa la palabra amigo.
Gracias Papá y Mamá por enseñarme valores y sembrar en mi una semilla que crece día a día.
Nadie que no quiera estará conmigo.
Que los tiempos sean mejores depende de nosotros, desde muy adentro.
Valgo mucho más de lo creo en este momento.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión