recuerdas aquella vez que paseamos, la lluvia se veía cercana, pero no nos importó, ¿será que era un presagio de lo que viviriamos? dejamos que nos empapara, que nos cubriera y casi nos ahogara, y aún así decidiste atenderme, cuidarme y darme calor antes que dártelo a ti, pero supongo eso no es lo que preocupe, lo que me da vueltas es el por qué no lo hice también, ¿estaba tan necesitado de tu ayuda que solo me concentré en eso e ignoré que tú también pedías ayuda?
llegamos al lugar seguro, me brindaste un abrazo que me quitó de encima el frío de la soledad y tristeza, pero con él te lo llevaste y ahora era tuyo, no lo noté, no lo notamos, pero te estaba dejando las peores partes de mí en tu persona, las partes que quizá estaban ocultas, las partes que sabía que existían, las partes que no sabía que existían, y las que no recordaba que aún vivían en mi.
cuando fue demasiado tarde te dejé ahogarte, te observé, y por más que me lo pediste, por más que gritaste, suplicaste y lloraste por mi ayuda no te la di, ¿lo sabía o simplemente la lluvia no me dejó verlo? pero ya da igual, en ese aspecto yo mismo lo maté, maté todo.
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