desmembrada en pasillos hondos
refulgencia verde
luz usada
húmeda
vegetal
entre lo clínico
y lo espectral
camino descalza
oscilan las pestañas
persiguen los ecos de las aguas
me bautizan como a una estrella disuelta
salté bajo el puente teñido de arrebol
en un sueño
por poco desconozco tu forma
por poco desaparezco abruptamente
juré no pelear más: recuerdos recurrentes de cuando te miraba entrecortada
y de las líneas del deseo
pero ya no existe la redención
es la tierra, no vos, quien me traga dulcemente
tenes que olvidar
las sienes palpitantes
los duraznos
las almohadas
las promesas de veranos y el extenuante invierno
solo duele (tanto) ahora mismo
la aseveración de que tu corazón nunca fue mío
estoy esperando tu ida definitiva
la interrupción de la marea de las mentiras
por fin escuchar el canto del gorrión en la alborada
y que sea dulce y extraño
como si el tórrido pavimento de la avenida
no hubiera visto a nuestros cuerpos
doblados por la espera
me duermo como una imagen revelada
borrosa en los bordes
dilucidada en alguna cama
una flor seca que todavía guarda el perfume
atisbo tus actos erráticos
luces fugaces tras la persiana
que me desgastan
y no es el orgullo, es que no puedo olvidar
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