Toca soltar
una vez más
las manos que
no retienen,
que no aprietan
para no caer.
Toca soltar
porque ya me soltaron
y sigo ahí
esperando
una piedra más abajo,
esa que te ayude a subir,
a que vuelvas
para tirarme la mano a mí,
para seguir con vos
esn el recorrido.
Pero no.
No volvés.
No me ves más.
Subiste
y seguís tu camino.
Y yo
no te espero más.
Porque si me esfuerzo
trepo sola
y armo mi propio recorrido.
Aprendí a cuidarme
mientras te esperaba.
No me quedaba otra.
No había chance de bajar.
Aprendí a creer en mí
y mi capacidad
de trepar y sortear piedras filosas
con mis propias manos.
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Escribo para atesorar en palabras tiempos que ya no son, personas que están y no están a la vez. Escribo para mi pero también para todes. Porque sé que mucho es compartido.
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