He perdido todo, me ha cobrado factura.
Llegó a la puerta con una batalla interna, me he cuestionado si soy lo suficiente, dándome cuenta de lo que ahí detrás de ella, al pasarla me encuentro a soledad, un espacio frío donde la tristeza y la soledad yacía clavado en el gris de la habitación, me atrevo a dar el primer paso, al acostarme y sentir lo frío que se sentían mis sabanas, me distancio de todo lo que consideraba mi mundo, encontrando en mi mente un hogar que me hace escapar de la realidad, aprendiendo que lo bueno es estar solo y sin pensar en salir de mi mente o es solo una excusa para mi patética vida, al pasar del tiempo siento el rechazo, el mundo llevándome a un rincón oscuro, le lloro tanto a la soledad y a todo le pongo etiquetas, porque en el fondo no me quiero quedar solo, le temo tanto que no me he dado cuenta al caer en ella.
Al pasar de los días, sin salir de ella, sin alimentarme, ahogándome en ese rincón oscuro, me doy cuenta de que soy humano y debo de comer, llegó a la cocina y me encuentro a mi padre, él al verme me mira con lástima y desprecio, bajo la mirada y me acerco al refrigerador y no encuentro nada y me dice: “¿Maicol tienes hambre?” “¿Quieres?”
Al verlo noto que me mira con mucho desprecio y me trato con lástima, me voy a mi habitación y me acuesto, escucho como Steven y mi padre discuten y me acuesto a dormir.
Despierto en una casa diferente con mi madre y me alegro, ella me lleva pastas para poder comer y mientras disfrutaba la comida, me acuerdo de que ella está muerta....
. Fin.
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