Te alzaste en el cielo junto al ave cantor,
triunfando en un día de verano.
Tu voz melosa que solía amar,
ahora perfora mis oídos como si
fuera una alarma incesante.
Tu presencia que solía ser una
compañía reconfortante,
ahora incómoda hasta el más
pequeño de mis huesos.
Solía adorar aquellos días soleados
donde solo bastaba tenerte a mi lado,
ahora no podemos llenar ni un cuarto.
Días soleados que compartíamos
casi como un rito silencioso.
Ahora te perdés en la marea de
pensamientos olvidados.
Tu ausencia no dejó daño,
ni promesa, ni condena.
El último día que nos vimos ya
sabíamos que pasaría.
De alguna forma,
creo que siempre supimos que
teníamos fecha de caducidad.
Vos no eras mi persona y
yo no cumplía tus expectativas.
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecitoRecomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión