Socialización, cambios en el filtreo dadas las redes sociales
Abr 6, 2025
Con el paso de los años, la manera en que se desarrollan las relaciones humanas ha cambiado debido a distintos factores, como la aceleración de las relaciones interpersonales, los efectos del capitalismo, la descentralización de la religión, etc. Uno de los fenómenos con mayor impacto en el modo en el que se desarrollan las relaciones interpersonales ha sido el avance tecnológico y el desarrollo de aplicaciones y redes que conectan con mayor facilidad y ritmo a las personas.
Para poder entender cómo afecta un fenómeno a la estructura social hasta el punto de generar un cambio en ella, por un lado, Stompka define la estructura social como la organización y el marco que distribuye y organiza las relaciones sociales dentro de una sociedad, este concepto define como las diferentes partes de una sociedad están interconectadas y cómo influye en los individuos; y por otro, el cambio social se define como un proceso dinámico que implica transformaciones en las estructuras, normas, valores y prácticas de la sociedad e involucran continuidad y cambio en las instituciones y relaciones sociales.
Según Tilly, los procesos de socialización se encuentran en constante cambio, siendo algunos de estos cambios como aquellos relacionados con la familia, la educación, la tecnología y la economía claves para entender la estructura social en la que convivimos actualmente. Entre ellos, destacan tres grandes cambios a la hora de investigar cómo influyen los avances tecnológicos en la estructura social. En primer lugar, encontramos los dados por la tecnología y los medios de comunicación. Este tipo de cambios empiezan a documentarse dada la creación de la imprenta y continúan con la radio y la televisión, y actualmente con la creación y el desarrollo de internet y de las redes sociales, que han transformado la forma de compartir y recibir información, y además la forma en la que las personas se comunican entre ellas, dada la inmediatez de las interacciones y la posibilidad de que estas se generen entre personas de distintos contextos tanto sociales como geográficos. Esta última idea está directamente conectada al segundo tipo de cambios destacables, que serían aquellos dados la diversidad y la globalización, fenómeno que ha traído consigo una mezcla cultural, estando ahora las personas expuestas a una variedad de normas y valores de distintos contextos, que puede enriquecer o desafiar las formas tradicionales de socialización. Estos avances tecnológicos dan pie a cambios en la interacción cara a cara respecto las interacciones virtuales, que han transformado la manera en que las personas se relacionan, y aunque por una parte esta tecnología puede facilitar la comunicación y las conexiones, por otra, pueden afectar a la calidad de las relaciones y al desarrollo de las habilidades sociales.
Las redes sociales han transformado de manera significativa el modo en que las personas socializan y mantienen relaciones entre ellas, y en las ciencias sociales se distinguen varias maneras en las que han ocurrido dichas transformaciones. El alcance de la red social del individuo se ha aumentado significativamente a través de estos medios, dado que se cuenta con la posibilidad de conectar con muchas otras personas y con más frecuencia, y este fenómeno genera una mayor vida social pero a su vez más cantidad de relaciones superfluas. De dicho aumento, nacen relaciones con sujetos de contextos distintos, y esta posibilidad compite con un dilema, por un lado, puede ser positivo y aumentar las perspectivas y opiniones con las que se convive, pero por el contrario, puede generarse lo conocido como “burbujas de filtro” y que el sujeto genere interacciones únicamente con aquellos con los que comparte parecer. Estos medios también han generado un nuevo lenguaje dada su instantaneidad y sus recursos gráficos . Además de estos, destacan efectos de las redes sobre la autoimagen, dado que estas exponen al sujeto a más estándares de belleza y formas de vida que pueden generar presión social, ansiedad y problemas de autoestima entre otros; a su vez, destaca que las relaciones entre individuos se presentan como menos duraderas, estable y seguras, lo que hace que pierdan parte de “humanidad” y así se fomente individualismo; y por último, el impacto en la salud mental de estas, ya que al enfrentarse a tanta información y nuevas realidades el individuo se enfrenta a desafíos a los que nunca se había acercado y en los que carece de herramientas actuales para no salir dañado, presiones sociales que ahora se desarrollan en la red en vez de en un contexto tangible.
Ahora bien, dentro de las redes sociales nos enfrentamos a un nuevo fenómeno, aquellas que conocemos como aplicaciones de citas. Estas aplicaciones se definen como un espacio para facilitar la interacción entre personas que buscan crear vínculos sexo-afectivos, a través de perfiles en los que suele compartirse fotos, aficiones e información personal con la idea de encontrar personas lo más afines posibles.
En épocas anteriores, los fenómenos sociales se modificaron por diversos motivos, pero no es hasta hace menos de 15 años que se populariza este modelo de fast dating en el que nos encontramos actualmente. Lo más cercano a estas aplicaciones que puede encontrarse en el pasado serían los anuncios de prensa y las agencias matrimoniales en los 90 o el desarrollo de Match.com en 1995, pero ninguna de estos fenómenos tuvo la extensión dada a partir de 2012 por Tinder. Antiguamente, el medio más común para conocer era a través de familia,amigos o en contexto de ocio, generando vínculos afectivos de manera pausada y en contacto cara a cara entre individuos. A partir de la segunda década del siglo actual, el auge del internet y las redes sociales empezó a alterar las formas de flirteo extendidas hasta el momento, para dar lugar a nuevas.
En España, a día de hoy se registra que las aplicaciones de citas cuentan con 4 millones de usuarios activos, siendo casi el doble de hombres que de mujeres, y entre estos destaca el rango de edad comprendido entre los 25 y los 44 años. Dentro de esta diferenciación por género se destaca la diferencia de búsqueda entre unos y otros; mientras que en general las mujeres dicen buscar una buena compañía, personas familiares y con las que tener buena conversación; los hombres buscan principalmente mujeres atrevidas, divertidas, carismáticas y que se describen como “sexualmente liberadas”. A través de estos datos, puede identificarse que no solo las fases de cortejo se han trasladado al espacio en línea, sino que ha llevado consigo la violencia machista estructural. Este dato se complementa a su vez con la información recogida por Mujeresjovenes.org, que señala que más del 20% de las usuarias heterosexuales de esta app han recibido una agresión sexual por parte de otro usuario y que el 50% han accedido a prácticas sexuales por insistencia de su cita aún habiendo expresado su falta de deseo propio.
Tras la lectura y comparación de datos,es más que evidente que la digitalización ha hecho que en un gran número de sociedades cambie la forma en la que los individuos se relacionan entre ellos y con el entorno. Podemos destacar varios aspectos positivos dados por este fenómeno respecto a épocas anteriores, puesto que en las opiniones suelen nombrarse el contento respecto resultados como la facilitación de la comunicación independientemente de la situación geográfica, la sensación de pertenencia dada la creación de comunidades, el fácil acceso a recibir y compartir información, el almacenamiento de datos y un amplio etcétera, aunque las opiniones varían en algunos aspectos dependiendo de la edad y del género del encuestado.
Por otra parte, la digitalización y las redes sociales presentan una serie de desventajas respecto a los antiguos modos de socialización. En épocas anteriores, el alcance de la socialización estaba delimitado, y por norma general no solía socializarse de manera constante con personas más allá de la familia, los grupos de amigos y aquellas personas que se conocían por coincidencia en espacios públicos o de ocio; a día de hoy, el alcance de personas con las que podemos comunicarnos es casi infinito y a un ritmo casi frenético. Esta marcada diferencia viene acompañada de problemáticas como la deshumanización y el individualismo, pero también lleva consigo situaciones sociales como la violencia, la desigualdad y un amplio listado de palabras acabadas en “fobia”, que a través de la digitalización y las redes han encontrado un espacio seguro y muchas veces anónimo en el que ejercerse; respecto a la violencia en redes, también se enfrenta el problema de que dicha violencia traspasa lo digital como en los casos de acoso que acaban en situaciones drásticas, en la salud mental de algunas personas y en ocasiones en violencia física como las agresiones sexuales descritas por las usuarias de las plataformas anteriormente nombra.
Por último, cabe concluir el caso específico de los vínculos sexuales. Según la época, la manera de conocer personas con las que crear dichos vínculos ha evolucionado de la familia, a los amigos, al ocio y hoy en día con la nueva categoría de aplicación de citas. A través de la digitalización puede destacarse que han favorecido que pueda vivirse la sexualidad de una forma más abierta y no demonizada, pero a la vez, se han convertido en un espacio que perpetúa las violencias hacia las personas disidentes y hacia las mujeres.
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