Sobre los sueños, Para Sofía.

—Me gustaría ir a la luna, ya que hablamos boludeces...- dijo Sol resignada jugando con su pelo.

—Hay algo romántico en perseguir lo imposible, qué sé yo. Como si el tema con los sueños fuese morir en el camino a realizarlos. - le contesté en un intento vago de contentarla.

—Realizarlos también es una opción, che. - agregó ofendida.

—Traeme una piedrita, entonces... -ambos reímos disimuladamente. Luego, continué relatando mientras rayaba la tierra con un palito que había encontrado: Siempre que viajo a algún lado me traigo alguna; o cuando alguien viaja, se las pido. Sabés que hace algunos años escribí —bah, intenté escribir— una historia de una mujer que cedía la posibilidad de escribir una obra para Hollywood y, en vez de eso, se enfocaba en una tesis sobre historia y política argentina.

—Terminó durmiendo en la calle, seguro. - agregó riendose, ya no jugaba con su pelo, se lo acomodó repetinamente hacia atrás con toda su mano.

—Pero en calma. - suspiré, luego agregué entre el cansancio:

Sin embargo, el contrapunto era la ejecución del sueño. Había un personaje secundario que vivía para verla escribir con aquella sensación de empatía. Con esa necesidad de construir para otros.

—Bastante más posible lo de la luna. Pero la quiero. - volvió a interrumpir.

—Acá tengo un pedacito. Escuchá: "No hay sueño a realizar, sino uno activo y constante, de verte enfrentarlo. Principio que puede ceder, es cierto no lo niego; te lo podés llevar como si nada. Sin embargo, es ése también el riesgo. El tambalear en la línea, como lo es el escribir de corrido y sin reparo; con la certeza del impulso y el peligro de la imprudencia a la vez. Un sueño un poco menos insoportable".

—¿Qué estamos analizando?

—Metatexto de un esbozo de novela.

—¿No era tu sueño?