sobre leyendas, lunares y amarte

por ahí anda rondando una leyenda, una de esas historias que uno escucha de pasada pero que se queda dando vueltas en la cabeza. dicen que los lunares que llevamos en el cuerpo no son otra cosa que huellas de vidas pasadas, marcas de los lugares donde alguien nos besó alguna vez. me gusta creer que hay algo de cierto en eso, que cada lunar esconde un recuerdo, un gesto de amor que no quiso morir.

y entonces me pregunto qué hice yo para merecer el privilegio de dejar mi amor grabado en ti, de habitar tu piel con esas pequeñas marcas que no se borran. imagino que, mientras te beso, estoy sembrando algo más que momentos. estoy dejando pedacitos de mí misma en ti, señales de un amor que no se conforma con esta vida, que quiere colarse en la próxima, y en la que venga después.

quizás algún día, en otra vida, te mires al espejo y veas esos lunares. quizás no sepas por qué, pero sentirás que hay algo familiar en ellos, como un secreto que tu piel guarda y que tu alma reconoce. y entonces, tal vez por un instante, recuerdes que en esta vida te amé con todo lo que fui. que mi amor fue tan grande, tan intenso, que se negó a morir conmigo, que se quedó contigo para acompañarte, para asegurarse de que, aunque no esté a tu lado, nunca dejes de sentirte querida.

creo yo, que el amor no tiene miedo al tiempo ni a la distancia. se queda ahí, latiendo suave, como una brasa que nunca se apaga. así quiero que sea el mío por ti. que aunque nuestras vidas se separen, aunque nuestros caminos no se crucen más, cada lunar que llevas sea un recordatorio silencioso de este sentimiento. porque lo que siento por ti no se limita a este momento ni a esta vida. es algo que trasciende, que me trasciende, que seguirá contigo aunque yo ya no esté.

creo que de eso se trata amar, de dejar enla otra persona algo que el tiempo no pueda borrar. y si mi amor tiene que ser eso, lunares que hablen por mí cuando yo ya no pueda, entonces estoy feliz de haber podido amarte así.