Sistema.

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Los santos inocentes.

Solo una vez he visto esa magnífica película. Solo una vez porque..., me duele tanto.

Deberían verla todos los chavales en el instituto, todos esos que en las algaradas franquistas de estos días alzan el brazo, todos los que lucen banderita, todos los que no saben lo que pasó con la dictadura de Franco y sin saber, añoran ese pasado.

Deberían poner esa película cada día en todas las televisiones. A ver si España se acuerda de algo. A ver si España deja de adorar al señorito, al cacique, al capataz de ordeno y mando.

Ya saben los pobres escribir su nombre, pero muchos solo lo usan para firmar su sentencia.

Ya, ni inocentes ni santos.

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La diversión de un hormiguero.

Muchas, muchas veces me he parado a observar a las hormigas. En su vida exterior no parece que se diviertan. Trabajan, trabajan, trabajan. Y todos hemos visto algún documental en donde se ve la vida interior de estos insectos. Trabajo, trabajo y, algo de descanso, pero, diversión: cero.

Pablo Motos es la reina de un agujero negro. Un programa estrella de la tele generalista. Rara es la semana que no nace una polémica en ese lugar tan divertido.

Estuvo un día Alfonso Guerra e hizo la reivindicación de los chistes de enanos. Un ejemplo ebte mil.

No sé muy bien, la verdad, escribo de leídas, pues no veo la teletienda salvo de visita. Pero venden facha como si vendieran ambrosía.

Motos se vendió a sí mismo, vendió su alma y su barba, vendió su dignidad y vendió el respeto. Si su modo funciona es por lo que funciona en España tanto asunto feo: El PP y VOX, el asalto al Poder Judicial, las manifestaciones fascistas con simbología franquista y nazi. El mismo PSOE, plagado de no socialistas. El maltrato a los toros. El privilegio de la Iglesia...

Catetismo crónico. Servilismo de hormiga que espera debajo de la mesa a que caiga alguna migaja.

A divertirse.

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Maniqueo enrevesado.

¿Qué hay entre lo malo y lo bueno?

Cabe poco en ese espacio inconcreto.

El amor como medida de todas las cosas; Protágoras de Abdera y Agustín de Hipona se mezclan y la filosofía sabe a néctar.

Lo que bueno es para mí, es malo para mucho del vecindario. El amor interpretable.

Ama y haz. Garantía de acierto si se ama lo correcto. Pero ¿quién está en lo cierto?

Hay quien contempla la estocada del diestro y siente un placer intenso. Sentimiento honesto para sí y para mucho del resto.

Se ama a dioses opuestos. Se mató por una cruz, y por una media luna se dio la vida. Guerras de amantes contra amantes.

Amar lo que se hace en la cocina. El trato con la muerte y los despojos de muchas provocadas malas vidas.

El amor cuando no muere, mata, dice el poeta Sabina. ¿De veras es amor lo que se rima?

Lo que hay entre el bien y el mal es todo, pues si amar es el bien y el mal el odio... ¿Como entender a quien odia al dios del otro? ¿Y a quien ama al demonio?

Amar no garantiza nada.

El mayor bien es no hacer, siempre que hacer no haga falta.

La España en la que no quepo.

Desde que al principio de aquel verano tuve mi "encuentro" con la sinrazón fascista de los mis vecinos que pretendían que no hay otra solución que sacar el Kalashnikov, solo con uno de aquellos españoles de bien he vuelto a cruzar palabras. Y no crean que me ha gustado hacerlo.

La España de ellos, esa en la que no me quieren vivo, yo tampoco la quiero vivir. Si la consiguen prefiero estar bien lejos o bien muerto.

Pero es que mis giles cercanos, los del verano y los del invierno, no se dan cuenta de que para ellos, esa patria, también será un infierno.

La desean, la reivindican, la votan, la lanzan a la cara de quienes escuchan sus rebuznos, pero sin percatarse de que ellos son, muertos los que no queremos eso, la mierda sobre la que han de vivir quienes siempre viven del resto.

Los dueños necesitan miserables para que les sirvan la copa, les carguen la escopeta, les laven la ropa y el culo. Les coman la polla.

Y tú, gil del parque tendrás que ser servidor, cargador, lavandero y comepollas. ¿Quién si no?

Yo moriré antes de hacerlo.

Quizás sean tus hijos o tus nietos los encargados de mantener la base de la injusta pirámide social que pretendes con tu Kalashnikov, con tu voto y con tu rebuzno, como ya pasó tras la "guerra del abuelo" en la que te crees ganador.

Es de risa. Triste risa:

Ganó el cacique, el terrateniente, la Iglesia, los privilegiados de siempre, pero tú no. Tú, gil, perdiste, aunque te apuntes a ganador.

No, no quepo en tu España de fusilamientos, machismos, aporafobia, maltrato animal, menosprecio de la cultura, desprecio a tantos...

Ni quiero.

Imaginemos.

Pongamos que decidimos, junto con los abanderados, que VOX tiene razón y que han de ser ellos los que dirijan este país.

-Los inmigrantes sin papeles serían echados de España.

-Se eliminaría casi por completo la Educación pública, la Sanidad pública, las asistencia social, las subvenciones a la mayoría de las asociaciones culturales y todo lo referente a la divulgación del arte.

-Se acabaría con toda atención especial a víctimas de violencia machista (la violencia machista oficialmente dejaría de existir).

-Las pensiones por jubilación serían cada vez más residuales.

-Se eliminarían las autonomías y tendríamos un Estado centralista.

-Se criminalizaría el aborto haciendo que fuera delito.

-Se prohibiría el matrimonio entre personas del mismo sexo.

-Se promocionaría la caza y la tauromaquia.

-Las aulas tendrían todas un crucifijo.

-Habría más desfiles del ejército y más banderas y más grandes en las ciudades y pueblos.

-Volvería la mili obligatoria.

Todo eso además de unas políticas económicas muy favorables para las grandes empresas y las grandes fortunas y muy lesivas para las rentas más bajas.

Quizás ya lo sabes y es lo que quieres y por eso das a eso tu voto, pero quizás solo has votado una bandera y cuatro gritos de guerra, pero piensa: ¿De veras quieres eso?

La debida obediencia (obediencia de vida).

Nos quieren sumisos. Desde que se inventaron los reyes legitimados por damas blancas que emergían de los lagos. ¿Por qué si no es Rey un Rey? Las batallas siempre las ganaron los soldados. Siempre las perdieron los generales. Y los primeros, aún en las victorias fueron masacrados. Los segundos, aún en las derrotas, glorificados.

¿Recuerdan a las mulas? Animales esforzados hasta el agotamiento, tan solo por su sustento. Hierba. Pues a la que, a veces, cambiaba el paso, se sacudía la carga o era reacia a dejarse invadir el lomo, siempre la llamaron falsa.

Si te sales del redil eres abyecto.

Ningún siervo hoy se sabe siervo.

Vale. Vale. Vale.