Sin rostro

Todo es tan extraño, ya ni siquiera recuerdo tu rostro. Es como si hubiera despertado de un sueño muy largo donde todos los personajes ya no son indispensables y mucho menos tú. Pero, a pesar de eso, una sensación de vacío recorre mi pecho al intentar entender si en verdad estuviste presente en mi vida o si poco a poco estoy eliminando cada uno de tus recuerdos, sin entender a mi subconsciente que te quiere borrar de mi historia.

Creo que no solo tú estás desapareciendo, yo también me estoy volviendo espectadora de mi propia historia, sin poder reconocer mis sentimientos y siendo una sombra. Observo con melancolía todos los recuerdos que poco a poco se van desvaneciendo. Ya ni siquiera recuerdo tu rostro, pero sí recuerdo tu esencia y mi alma aferrándose a la tuya.

Siento decepción y enojo al comprender que ni siquiera puedo ayudar a cambiar el final; solo puedo repetirlo sin fin. A veces creo sentir rencor, y sé que no debería seguir brindándote mis sentimientos, pero la vida sigue. Después de todo, las flores retoñarán, el invierno se irá, el sol volverá a salir, y yo seguiré sin ti.