Sin novedad.

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Cada día me entero menos de lo diario, de lo concreto, de lo que llena los titulares, las tertulias, los editoriales. Por supuesto no sé lo que se cuece a voces en los bares. Imagino que va de fútbol, de los robos del Madrid, de lo bien que lo hace Simeone, del maravilloso Barça de Flipi ¿O ese era un saltamontes?; Se dirá también de Perrosanche, de la DANA, Aldama, el frío que hace... Un lo de siempre adaptado al informativo de Radio Castilla la Mancha (o la COPE).

Yo solo me informo ya con el Boletín de Beguería, y, como no concreta mucho, voy cojo de datos y se me nota al escribir. Por supuesto, culpa mía.

Pero es que, y esto va en mi descargo, creo que da igual la música que le pongan al telediario; el continente puede ser más luminoso, con pantallas más grandes, opinadores más guapos, pero el contenido no varía tanto.

Mis escritos, opinión política, de hace tres, cuatro u ocho años, valen igual hoy que cuando fueron redactados. Quizás hay que cambiar un nombre, por actualizarlos, pero los pecados, los males, las torticerías, los delitos, las hipocresías, las mentiras; la mierda básica, digamos, es la misma, apesta igual, de color es idéntica; total que no es un pato: es mierda de Capitalismo disfrazada de Democracia defensora a ultranza y con delitos, del pernicioso bipartidismo.

En resumidas cuentas: no necesito meterme al río para saber que el agua está muy fría. Sé, y duele, que quienes no quieren pensar no van a pensar; quienes quieren robar van a robar; quienes son hipócritas no van a dejar de serlo; y sé que tú, vecino, que lees mis opiniones por despecho, para insultarme en tu fuero interno (y quizás no tan adentro), no vas a dar tu brazo fascista a torcer, porque aunque sabes que lo eres no quieres admitirlo y te vale con tu cerrazón, y te vale con tu prejuicio, y te vale con tu sandez de patriotismo.

Así que...

(He aquí una muestra de lo que digo. Del 2018 es):

De otros barbechos:

A pesar del buen trabajo hecho por los medios al servicio del dinero (ya decíamos ayer que toda la ponzoña es lacaya del adorado dios), la gente que de verdad quiere puede estar un poco informada de la basura política que pulula por el mundo. Tengan en cuenta que estamos en manos de Donal Trump, Vladimir Putin, Xi Jimping, Kim Jong-un, Reuven Livlin y Salmán bin Abdulaziz, que con otros satélites, aunque bajo las directivas del sagrado oro, deciden los designios de este mundo, por ellos malvado. Los paisanos líderes son meros aprendices. Así, si un meteorito no lo impide, o el dormido de Yellowstone o alguna plaga bíblica, vamos camino de la opresión, la miseria, el éxodo, la guerra. Esto funciona así y lo pueden ver echando un vistazo a su alrededor. El Mediterráneo es una fosa para muchas personas (personas) que huyen de todo lo enumerado. Casi la mitad del planeta está sembrado de conflictos armados. En la otra mitad, sin guerras abiertas, hay muertes por armas privadas y por abusos públicos (suicidios por desahucios y otras barbaridades aceptadas por los vecinos). El personal se conforma con trabajos que no le dan más que para sobrevivir mientras acepta que la Justicia sea cómoda para los ricos y contundente para los no ricos. Acepta que los empresarios tienen derecho a unos beneficios enormes a costa de la precariedad de los trabajadores. Acepta que el Rey haya robado, que sus votados legislen a favor de la banca, de los fondos buitres, de los ladrones de corbata y maletín. Acepta, al fin, el látigo del amo porque ha decidido que es peor no aceptarlo.

Los sindicatos han desaparecido y nadie los echa de menos. El estadio se llena para ver al equipo. El enemigo lleva otra camiseta puesta, no una ley opresora en el maletín. Y al sonido del despertador, cada mañana, el zombi se levanta pensando en que ya es jueves y enseguida llega el fin de semana y tiene previsto ir a una casa rural y disfrutar la vida por esos paisajes deliciosos. De momento se lo puede permitir. Así ¿Qué importa lo demás? Pues eso, carpe diem.