Sin gracia.

Prueba y error.

El Universo funciona con lo que va surgiendo. Ni leyes físicas ni historias. Eso son inventos humanos para explicarnos e intentar comprender la Cosa.

Al universo le importa nada lo de la relatividad de Eintein o la fotosíntesis. Eso son asuntos nimios para un Todo inabarcable.

El Universo mismo no se sabe.

La inteligencia, por ejemplo, es una cosa más, como los asteroides o el color de los rábanos.

Ya han sucedido muchas cosas que no volverán a suceder porque no han resultado eficaces o no han sido viables en su momento o han tenido mala suerte. Los dinosaurios, esos fósiles.

Así, esto de la inteligencia puede no cuajar, y el propio universo que la dio en ser le quite su sustancia y desaparezca.

¿Por qué ha de interesarle a un Todo tan funcional que existan seres pensantes?

Quizás el universo quiera saberse a sí mismo, pero quizás pretendernos una herramienta válida para eso, sea un tanto pretencioso.

Ná, al universo le importamos cero. Somos menos que una roca de un metro en un cinturón de asteroides alrededor de una estrella agonizante en una galaxia muy muy lejana.

Somos un suceso que bien pudo no darse.

Nada.

(Si no me creen, miren a su alrededor: Ayuso, Abascal, Trump, Netanyahu, Toni Cantó, Juan José Padilla, Belén Esteban..., el propio vecino de uno).

Nada.

Pero ¡¡¡PELIGRO!!!

El amante, votante de VOX, lo sepa o no, cree en España como una "Unidad de destino en lo universal", que ya son ganas de creer gilipolleces, pero lo grave es que eso va acompañado de un "bienvenidos los malos tiempos porque así podremos hacer limpieza y depurar la raza".

Reirles las gracias a estos energúmenos, ya sean conscientes o inconscientes del peligro que acarrean, es aceptar que ellos, en cuanto puedan, no tendrán reparos en... lo que sea.

Lo que sea.

Ni una sonrisa.

El fascista es la criatura más dañina del universo conocido.

(El PP es VOX, en tímido).