...
Palabra de D.
Los últimos serán los que cojan las sobras.
Y es que la Iglesia, queridos feligreses, siempre ha buscado la conformidad del pobre. Así, habla de ricos que no pueden entrar en el reino de los cielos, pero ningún rico da sus riquezas temiendo por culpa de ellas no alcanzar la gloria. La misma Iglesia es rica. La misma Iglesia no tiene cabida en el cielo.
Deducción: Lo que vende la Iglesia es humo.
Bienaventurados los mansos.
Sí, de eso se trata, de alabar la sumisión y de ensalzar el sacrificio y la resignación, porque eso tranquiliza a las élites, les asegura sus privilegios. Pueden así seguir ordeñando las ubres que producen leche sin que las ovejas se quejen.
Pero ¿Quién de entre los ricos se resigna ? ¿Quién de entre los ricos es manso? ¿Quién de entre los ricos se conforma?
La Iglesia es un compendio de buenas palabras y malas obras. Es un embudo en el que lo ancho es para los ricos y lo estrecho para los pobres. Siempre fue así, salvo en esa Iglesia decente y honrada que también existe. Y es denostada.
Cristo no iría al Vaticano salvo para echarlos a todos. Para repartir sus riquezas.
Queridos hermanos y hermanas que aquí venís a entender mis palabras, yo os digo que ir a misa es ir a mostrar sumisión a los ricos. Yo os digo que jamás encontraréis a Dios en esta Iglesia de oros y boato. Yo os digo que escuchar a los que dicen que hablan en nombre de Dios es escuchar a los que hablan en nombre de los ricos. Yo os digo que los ricos de la Iglesia no aman a los pobres, tan solo los necesitan, los denostan, los desprecian y los abusan.
Ya es el tiempo de dejar de adorar al becerro de oro. Ya es el tiempo de abandonar la sumisión. Ya es el tiempo de mandar a la mierda la mansedumbre.
Ya es el tiempo de que los últimos sean, de veras y de una puta vez, los primeros.
Podéis ir en paz.
Cae el telón de la función cotidiana.
A veces esa tela que cubre la escena indica el fin de la obra, otras es tan solo un descanso. Un "continuará".
Pero nada es eterno, ni nuestra pequeña representación, ni la gran super producción que es el universo, los universos.
Todo acabará. Quizás para volver a empezar, de martes a domingo.
Lunes cerrado por descanso de la troupe.
Todo pasa. Todos los telones acaban cayendo.
Y, en el suelo, se pudren sin remedio.
Tiempo.
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