El cuerpo inimaginable de alguien que sufre desde lejos,
la cama llena de cosas,
la lámpara de sal
y el libro sin terminar.
El cuarto impregnado de oscuridad,
con destellos en las cortinas,
donde el silencio del ambiente es cubierto
por las notas de piano que hay en mis oídos.
No tengo fuerzas;
me nublo
como este cuarto,
nublado,
que no espera a nadie,
que no entiende de colores,
que guarda la cama llena de cosas
y la lámpara de sal,
que tiene también el libro sin terminar
y que me tiene a mi:
nublada, llena de cosas,
hecha de sal
y sin alguien que me termine de leer.
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