Manteniendo la compostura
aunque me consuma por dentro.
En la boca penetra ese dejo de amargura
con tan solo pensar en nuestro último encuentro.
No te quiero decir adiós,
sabes que me matan las despedidas.
Los duelos se me dan atroz
¿cuántas veces me lamiste las mejillas
saboreando las sales de mis ríos
hasta dejar secas mis pupilas?
Y ¿cuántas veces me llenaste de pelos la ropa
y te putié hasta en amarillo?
Para después llenarte de besos la trompa
y olvidarme de los charcos que dejaste en el pasillo.
Te encuentro en mi reflejo,
es que sos y fuiste el primero
en sacarles canas verdes a mis viejos
mientras los mirabas con ojitos de altanero.
Quedate tranquilo que te perdonamos todo,
los pozos, desgarraduras y volcadas en el lodo.
Ahora te podés ir en paz,
volá alto en el cielo
así cuando mire para arriba seré capaz
de ver cómo tu rostro es la guía de aves sin consuelo,
así cuando mire para arriba veré tu antifaz
y veré cómo las nubes te usan de modelo.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión