Simple y revelador.

...

H2O, en porciones.

Yo vi la piedra en mitad del camino, y en vez de pensar, alguien debería apartarla, la quité yo mismo.

El animal que somos.

Hay, por lo visto, un producto que disimula las cagadas. Pienso que es como pretender que la mierda es cosa de pobres.

Así los ricos se apartan de la mugre masa.

¿Cómo se sentirán al sentarse en el váter cada mañana?

Mientras hay muertes por hambre, los del estómago lleno nunca hablan de dinero ni de lo bien o mal que cagan.

¡Qué vulgaridad!

En modo saco de boxeo.

Solo como hipótesis a valorar. No pretendo convencer de si sería bueno o malo, si sería factible, si sería deseable (es que no lo sé).

La Iglesia decidió, en un momento dado, que sus miembros no tuvieran descendencia, de ahí el celibato, para que así los bienes adquiridos en vida por curas, obispos y demás gentes del clero, pasaran a ser, una vez muertos, de la Institución.

¿Se podría pensar en algo así para una sociedad? Digo, no suprimir la descendencia, pero sí la herencia.

Esto conllevaría que todo bien es de todos (Estado), salvo el uso particular que uno va haciendo de lo conseguido con su hacer en la vida.

Para que pueda funcionar algo así, hay que garantizar que toda persona tiene lo mínimo imprescindible garantizado: cobijo, alimento, sanidad, atención.

Creo que si se echan números no debería ser descabellado el planteamiento, pues los bienes del rico (y de cualquiera), acaban siendo del común, y no como ahora que unos acumulan y acumulan sin medida, escamoteando riqueza a la totalidad, y eso no tiene fin.

¿Que nadie se ocuparía de crear, de inventar, de desarrollar? Lo dudo. La imaginación, los sueños, la intención de hacer, son innatos. No está todo en amasar fortunas. La buena vida es otra cosa.

Ya supongo que las gentes buscarían el modo de que lo suyo fuera para los suyos, pero se puede legislar a ese respecto. Algo así: Toda donación está sujeta a una compensación social (pago al Estado) de un porcentaje de la cantidad, valor, de lo donado.

Pero conste que no tengo ni idea de lo que digo.

(No me pongan verde).

Retroalimentación.

La violencia genera violencia.

El fascismo genera fascismo.

La idiotez genera idiotez.

La mentira genera mentira.

Ferreras genera Inda.

Ana Rosa genera falsedad.

Un juez injusto genera injusticia.

La religión genera hipocresía.

El patriotismo genera fanatismo.

La usura genera egoísmo.

El Poder genera opresión.

La bondad es el saco del boxeador.

¡Ay, Señor!

Buciegas y vecindades.

Hay lugares como aquel de la Mancha en los que sucede la vida de una manera más pausada. Van muriendo, eso sí, pero incluso a la muerte van lento, como escurre la miel de la colmena saturada.

Allí, en esos rincones de las grandes patrias, hay guardada la sabiduría sencilla de toda una vida ya cansada. En invierno al sol de la mitad de la mañana.

Doblan cada vez menos las campanas.

Ya casi no queda ni quien morir.

Hay lugares de cuyo nombre, muy pronto, no podrá nadie acordarse.

Publirreportaje.

Floralba.

A las abejas como a ti mismo.

Las abejas merecen mi amor y el tuyo. Sin ellas ni tú ni yo andaríamos por el mundo.

Vistas como temibles enemigas cuando nos merodean, son, sin embargo, los seres que más bien hacen a la diversidad de la vida.

Más amor merecen que cualquier ser humano, incluidos Abascal y la Cospedal y Plácido Domingo.

Y me temo que si las abejas fueran del tamaño de conejos, los cazadores no dudarían en...

El ser humano, con determinadas prácticas agrícolas y otros modos, se está cargando a estas trabajadoras amigas, y, lo peor, no ceja en su empeño a pesar de las advertencias y el conocimiento cierto de lo que supondrá su extinción.

Acabaremos con ellas y ahí se acabará el cuento.

Podríamos, como especie, ser más imbéciles, pero entonces no haríamos tanto daño al resto. Estamos justo en el nivel de inteligencia e idiotez adecuados para ser lo más nefasto de la Tierra.

En fin, por lo que me toca: lo siento.

§§§

Torralbalate, la miel sobre las hojuelas;

Oscar, como herrero que en la fragua enalba, forja, mimando a sus aladas chicas, la rica y excelente Floralba.

Doy fe.

§§§

Fe.

...

Las cuentas del cuento.

Veinticinco millones de seres humanos mueren en la Biblia por decisión directa de Dios.

Así, Dios, debe figurar en la lista de los mayores genocidas de la historia, justo al lado de Hitler, Stalin, Mao Zedong y Leopoldo II de Bélgica.

Son muchos muertos, y eso sin entrar al cálculo de los de Sodoma y Gomorra ni el diluvio universal ni otras plagas que se relatan en el Libro de la fe.

Entre otras lindezas está una que dice muy poco de la bondad divina: 42 niños comidos por dos osos por el grave delito de llamar calvo al profeta Eliseo. Una de dos, o el profeta lo era o no lo era. Si lo era, los niños no mintieron y si no lo era ¿por qué le molestó a Dios que se lo llamaran?

Y mucha hambre me parece para dos osos.

Por su parte, el diablo, en una apuesta con su divino oponente se carga a diez personas (los hijos de Job) con un viento letal. Ahí la divinidad también es responsable por andar en chulescos juegos con Lucifer.

En fin, la Biblia nos muestra a un diablo poco eficaz en su maldad y a un dios vengativo, injusto y cruel, aparte de muy machista, así que cuando veo a esos predicadores televisivos blandiendo el libro, me pregunto si de veras lo han leído y si lo han analizado y comprendido o es que simplemente les vale para sus fines y lo mismo les daría que lo escrito fuera El Señor de los anillos.

No creo, de todas formas, que entre mis vecinos miserables (de misa) haya ninguno que se haya paseado por las finas páginas del grueso volumen más allá de un cuarto de hora. Así que...

Creer sin discernir es fácil.

Lo difícil es creer desde la razón.

Dejamos que suceda.

El mundo, digo, con tantas mierdas.

No somos inocentes.

Ayudamos de muchos modos a que así (tan feo) sea.

Son muchas las actitudes nocivas. Hábitos de consumo, de votos, de vida...

Mucho de lo que hacemos es perjudicial y/o innecesario ( coger el coche tanto, por ejemplo). Lo veo en mis paisanos.

Demasiada carne en la dieta.

Demasiadas camisas en los armarios.

Viajes a lugares lejanos. (Los aviones ensucian tanto...).

Votar a ladrones.

Neutralidad ante las injusticias. No mojarse es un mal arte. Cobardes.

Matar el Mar Menor por crecer la cuenta del banco.

Regar el secano. Secar el prado.

Rezar por hábito.

Escuchar al tonto. Callar para no molestarlo.

No pensar en serio.

Reir las gracias al insensato.

No respetar lo común.

Ser ingratos.

No me alargo más.

Salud, hermanos.