Silencio.

Juntos subimos por la marea del tiempo, tergiversando el destino para ser uno. Es cuando empieza el ruido palpitando desde mi corazón, es cuando noto que algo no está bien. Fue y es necesario el silencio, para escuchar todo tal cual es.

Nos encontramos hundidos en mi sillón, el viaje empieza lentamente con risas alrededor de nuestros oídos, las voces no se callan y empiezan a vivir dentro de nuestros tímpanos. Nos miramos intentando descifrar los murmullos y los mensajes, pero no escuchamos lo mismo, de eso estoy segura. Todo empieza a envolvernos sobre las olas, y mi sala se convierte en una pecera, nos contiene sin dejarnos respirar. Es cuando yo empiezo a flotar, buscando sobrevivir a esta inundación sin razón, volteo para llevarte junto a mí. No es necesario regresar por ti, vienes a toda prisa nadando por abajo de mí, sin más regreso la mirada a la superficie, contenta por la claridad de volver a respirar. Es cuando tú mano se enrolla a mi pierna y empieza a hundirme, la desesperación de mi muerte se hace eterna. Cómo si te convirtieran en un pez, tú ya no necesitas respirar fuera del agua. Asumes que sí yo salgo de esta pecera se estrellará y morirás. Así que has preferido quedarte con todo lo que posseo, tienes miedo de quedarte solo y para evitarlo a toda costa, prefieres quedarte con un cuerpo vacío que se ahoga y se convierte en nada más que agua. Después de unos minutos, mi piel empieza a desprenderse y sin saber que hacer, tomas un pedacito de mí y masticas todo lo que fuí.

No pasan más de unas horas para que ya no haya ningún rastro de mi, es cuando te das cuenta que no eres un pez, que si necesitas aire y sales a respirar para vivir con la pena de comerme. Sales fuera del cristal, dándote cuenta que ya no estoy más. Empiezas a buscarme dentro del sillón, dentro de tu estómago, en las cavidades de tus muelas y en tus deseos. Tú búsqueda acaba, cuando miras de lejos que existo en un mundo ajeno a ti, en dónde no te conozco y a dónde nunca podrás ir. Aún así intentas seguirme, quieres estar aquí, sabiendo que la única manera de llegar es teniendo otro viaje con alguien más.

Mi ser fundido a tu cuerpo se empieza a desprender por el miedo que le da ser parte de lo que eres, se cuestionan una sola cosa, si volvieras a tener un viaje junto a alguien más: ¿Estás seguro que no pensarías en mí? ¿Qué no volverías a asesinar por sobrevivir ?

La horrible sensación crece de una decepción acrecentada mirándote desde tu interior, te invito a viajar nuevamente, para ver si evitas ser todo aquello que ya eres. Para escuchar esos silencios que no harán más que susurrarte mi nombre, quebrando tu nueva y falsa realidad. Sé que prefieres la superficialidad antes que la soledad pues eres solo un pez que se muere fuera del océano de la verdad, pero no puedo culparte si toda tu vida han sido paradas continuas sobre personas que nunca te han querido, sobre personas que te matarían por simples caprichos. Lo sé porque vivo en ti aunque no lo quisiera. Te veo repitiendo lo mismo que has vivido, el odio de tu corazón nadie puede quitarlo y hasta parece extraño que sigas viviendo en busca de algo que perdiste y nunca podrás encontrar. Ahora guardo silencio, pues no soy más que un fantasma que vive en ti.