En la noche estrellada, mis voces trituran la Luna. Ninguna exige menos que la otra. Hablan con la voz del pecado.
La altivez y el apetito desordenado de ser, una, preferida por sobre la otra.
Quiero volar lejos de la ciudad que me pide tanto y yo, condenada a ver, con ojos de inocencia, como otros desmedidamente, consiguen riquezas para solo atesorarlas.
Mientras yo, sigo luchando contra todo pronóstico.
No sé qué tan sensato sea escribirle a Dios con Satanás tirado en la cama.
Pero grito y rompo
Y rompo y grito
Y todo es oscuridad morada
Sobre mis manos cansadas de escribirte.
Ya no sé cuántos poemas, por desgracia, ceno.
Pero a este paso no puedo frenar mi apetito desmedido de texto.
Lloro y grito y rompo.
Ya no me regocijo con el bien ajeno ¿Cuando me tocará a mí? Ah madre
Cómo convivir con este deseo tan ajeno.
Tan cansada que ya casi no salgo de casa, a duras penas.
No encuentro el placer de vivir tan desenfrenadamente.
Voy en contra del mundo o
el mundo en contra de mí.
Tanto cielo por ver y tantas voces triturando la noche.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión