Prometí leerte a diario,
deje de hacerlo.
Eso hace sentirme malo.
Cómo si ya no te necesitara,
pero si lo hago.
Hablo contigo siempre,
al levantarme, y antes de dormirme.
Siento que te usé,
solo cuando te necesité,
y ahora que un poco mejoré,
te olvidé .
Pero no es así,
sé que siempre estás para mí,
creo en ti.
Gracias por darme paz,
cuando nadie más estaba ahí.
Siempre te daré las gracias.
Que bueno que por fin me acerqué a ti.
No sé cómo antes vivía lejos de ti.
Lo eres todo.
Y como tú palabra dice:
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios que siempre nos da consuelo. Dios nos consuela en todos nuestros sufrimientos para que también nosotros podamos consolar a quienes sufren, dándoles el mismo consuelo que recibimos de él
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión