No me gusta estar en mi casa y por eso siempre estoy en la calle. Ahí encuentro consuelo para mis malestares. Por los puentes de la Zaragoza. Siempre tienen puestos que no dejan pasar y huelen mal. A veces veo como asaltan gente, que después del despojo, se quedan llorando muy feo, entonces mejor me volteo para otro lado porque me dan pena. Pero no me gusta estar en mi casa y por eso siempre estoy en la calle. Fabela tampoco vive en su casa. Su mamá no lo quiere, ella solo quiere a su hermano y su gato. Ayer lo fue correteando con un cuchillo mientras le gritaba que no volviera a la casa porque era un estorbo. Él me dijo que la iba a matar a fin de año con la pistola que le robo a su tío. Pero su mamá no lo quiere, ella solo quiere tomar y besarse con Don Toño. Siempre esta feliz con él. Quizás porque aún no está muerta a causa de los disparos. Pero a mí no me gusta mi casa porque allí se murió mi abuelito, y desde ái todos se odian por el dinero que dejó. Por eso siempre estoy con Fabela. Mi tía Lupe dice que es un ratero y que va a acabar en la cárcel, pero a mí me cae bien porque me da comida.
El chango también nos acompaña. La otra vez nos pusimos a tomar una cosa bien rara. Se quedó tirado y no se quería mover ni levantar. Fabela casi lo mata, pero solo se carcajeó toda la noche. Él vive solo porque sus papás siempre trabajan. Tienen un perro moribundo y que siempre está encerrado. Salta y salta, como si pidiera ayuda. El chango tiene novia, pero está muy fea y los dos son infieles. Solo se quieren cuando están desnudos y muy juntitos, pero está muy fea. A mí me gusta la hija de Doña Ester. Ella tiene ojos bonitos y cuando sonríe se le hacen chiquitos y en las mejillas se le hacen hoyuelos. Me prometió que nos íbamos a casar, pero es mentira porque tiene novio. A mí me busca cuando su novio no la pela. Entonces yo le digo cosas muy bonitas y me da un beso en la mejilla. Pero ella no me quiere. Su novio es blanco, con lentes y alto. Yo soy negro y no tengo lentes. Por eso no me gusta mi casa. Ahí tampoco hay negros. Me hacen el feo de vez en cuando por no ser como ellos. Pero a mí no me gusta la novia del chango, pero sí Sol porque ella no es fea ni tonta. Su cabello es suave y siempre huele rico. Aunque también es infiel. Fabela tenía miedo de que su novia estuviera embarazada. Hace tres días casi se avienta de un puente, pero decidió no hacerlo porque ahora quiere matar a Memo por andar con su ex. Me cuenta que Memito siempre la criticaba, pero ahora hasta flores amarillas le dio. Ahora tiene que matar a dos personas con la pistola de su tío.
Sol hoy me besó mucho afuera de la escuela. Puso mis manos en su cintura y luego en sus nalgas. Sentí algo raro por la entrepierna. Ella también lo sintió, pero solo se sonrojó y se pegó más a mí. Hasta que su abuela la jaló del cabello. Le gritó qué era una puta, y que, si salía con su chistecito, la iba a correr de la casa o la iba a ahorcar por piruja. Por eso nunca estoy en mi casa, porque Sol me besa. Mi mamá a veces es rara. Ayer no le contesté rápido y me pegó hasta que me sacó sangre. Ella siempre esta enojada. Yo quería llorar, pero mi tío René dice que eso solo es de maricones. Pero mi mamá estaba enojada y me pegó hasta que se cansó. Creo tiene un amante, igual que mi papá. Nunca están juntos ni besan como me beso con Sol. Ella es linda y me deja jugar con su sexo. A veces también juega con el mío. Pero no lloro desde que mi tío René me pego con su cinturón y me rompió el labio.
El perro del chango acaba de morir, pero estaba solo y nadie lo puede ayudar a enterrarlo. Ya tiene moscas. Ya no salta y salta. A lo mejor sí necesitaba ayuda. Pero El Chango ya no tiene a su perro y está más solo que antes. Dice que ayer se metió al baño con una prostituta y sintió muy rico porque no tenía pelos. Ahora tiene unos granitos por su miembro. Pero su perro murió y aún sigue encerrado. Don Toño casi mata a Fabela porque dice que es un bueno para nada. Pero a mí me da comida y me presta sus revistas. Mi papá solo duerme cuando está en la casa. A él le gusta que este con Sol. Pensaba que yo era puñal porque no tenía novia. Hoy me escondí en un puesto vacío. Me fumé un cigarro que encontré en el suelo. Tosí mucho, pero me gustó.
Mañana le voy a pedir a Fabela que me enseñe a usar la pistola. Por si un día la necesito.
Me dan ganas de morirme a veces. Nadie se daría cuenta porque soy negro y porque mi mamá está enojada. Solo le dolería a Sol, pero ella seguro se va a casar con su novio, porque es blanco y usa lentes. A veces también pienso en matar a mi tío René cuando duerma. Pero no tengo pistola. Por eso no me gusta estar en mi casa y siempre estoy en la calle, viendo cómo asaltan gente, al perro del Chango que todavía está ahí, hinchado, y nadie lo entierra. Fabela violó a su ex. Memito intentó defenderla, pero Fabela le dio cuatro tiros. La policía lo llevó a un terreno baldío donde jugábamos. Dice mi tía que lo mataron a golpes. Cada que voy a jugar con el Chango vemos el cuerpo de Fabela. Se ve muy triste. Ahí viene Sol llorando otra vez. Pero no tengo ganas de decirle cosas bonitas ni de jugar con su sexo, porque Fabela está muy triste y el perro del Chango ya no salta y salta.
Por eso ya no me gusta la calle.
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